Ya en 1577, el Concejo de la Mesta se había querellado contra los vecinos de Iniesta Alonso Garrido, Francisco de Espinosa, Juan Ponce y Benito Risueño, por los ganados mostrencos.
En Iniesta, se nombraban tradicionalmente dos alcaldes de mestas, uno ganadero y otro labrador cada año, que decidían a favor de la villa la adjudicación de las reses mostrencas y rehuseñas. Estos alcaldes celebraban tres mestas al año, donde se vendían las reses sin dueño conocido; el dinero de la venta iba a los propios de la villa, si bien con la posibilidad de que los dueños de esas reses recuperaran el dinero si demostraban la propiedad de las reses en el plazo de un año. El concejo de Iniesta alegaba frente a la Mesta que el dinero recaudado iba a la reparación de los abrevaderos de los ganados, balsas y pozos, cercados del corral donde se encerraban las reses extraviadas o de las majadas para pasto. La villa ganó ejecutoria a su favor de la Chancillería de Granada en 10 de septiembre de 1586, pero la Mesta siguió juzgando a los infractores iniestenses. De hecho, en 1621, un alcalde entregador actuó contra varios principales iniestenses: Bartolomé López Cantero, Alonso de Atienza, Juan López Cantero y Juan de Guzmán.
AHN, DIVERSOS-MESTA, 102, N-1
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