El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

miércoles, 30 de marzo de 2016

El ocaso de los Buedo y el ascenso social de Francisco de Astudillo (II)

Don Rodrigo Ortega y Avilés ( o Tébar que era su verdadero apellido materno) tenía razones para la enemistad con Martín de Buedo Gomendio. Sus campos eran limítrofes, don Rodrigo además poseedor de una fortuna valorada, en palabras de Francisco de Astudillo, en 80.000 ducados, necesitaba del arrendamiento para explotar sus tierras. De hecho, Martín de Buedo además de explotar sus tierras, cultivaba en régimen de arrendamiento otras de su vecino Rodrigo. Además de esta confluencia de intereses agrarios, existían otros intereses más encontrados entre ambos contendientes. Rodrigo de Ortega tenía varios juros situados en las rentas reales del Marquesado de Villena, de las que Martín era tesorero. La ordenación de pagos tras la bancarrota de 1607, había puesto los juros de don Rodrigo en la cola para el cobro de sus intereses, por detrás de los asentistas extranjeros con preferencia en los pagos. Pero si un Lucas Palavesín o un Gerónimo Serra estaban dispuestos a esperar la lógica de los procesos ejecutivos para cobrar, no así don Rodrigo, sabedor de los bienes raíces que el tesorero tenía al lado de los suyos.

... aunque parece haber ofrecido más por él (por el oficio de tesorero) don Rodrigo de Ortega porque lo hazía a emulación y por quitársele a Francisco de Astudillo, y quedar el susodicho con él, por tener algunos juros, sobre las rentas de la dicha Tesorería que por ser posteriores a otros muchos los cobraua mal, y quería hazerse pagado de su mano, estimando esto más que perder tres ni quatro mil ducados por ser hombre rico, que tiene más de 80.000 de hazienda y caudal

Por contra, Francisco de Astudillo y Martín de Buedo Gomendio no tenían muchas razones para la animosidad. La colaboración había sido la norma entre ambos. Francisco de Astudillo se había encargado, al menos en 1607, de la recaudación de las rentas reales de San Clemente, y unos años después de las de Iniesta. Durante los años 1608 y 1609, Francisco de Astudillo era alcalde mayor de San Clemente (lo que demuestra su imbricación con el poder, pues este cargo solía estar expresamente prohibido a los naturales de la villa donde residía el corregidor). Tuvo que actuar en un caso en el que estaba implicado Martín de Buedo Gomendio, que se hallaba en pleitos con la mujer de su hermano Juan, doña Beatriz Enriquez, natural de Fresneda, sobre la posesión de ciertos bienes en la villa de San Clemente que esta mujer pedía como restitución de su dote y con los que Martín de Buedo había debido ampliar su hacienda, como ya hiciera con su hermana Catalina. El 26 de abril de 1608, el licenciado Arburola, alcalde mayor de Cuenca y futuro juez en la almoneda de bienes de Martín de Buedo, había conminado a Francisco de Astudillo, como alcalde mayor de San Clemente, para que diese posesión de esos bienes a doña Beatriz

para que se le diese la posesión de ciertos bienes que el dicho su marido tenía en esa dicha villa para con ellos ser pagada de la dote que auía lleuado a su poder y en especial se le diese de un censo que el dicho su marido auía mal vendido y disipado a martín de buedo tesorero de alcaualas de esa dicha villa (1)

Por complicidad con Martín de Buedo, Astudillo había mirado para otro lado, haciendo caso omiso al auto, por lo que fue de nuevo requerido por el Consejo Real con fecha de 5 de febrero de 1609, para que cumpliera lo ordenado. Aun así, se habría de expedir nueva requisitoria por el juez Carranza y el pleito se volvería a reabrir en 1612 al calor de las ejecuciones contra el tesorero.

Los contratos entre las dos partes, Astudillo y Buedo, solían obviar las escrituras de obligación e, incluso durante el periodo de desavenencias y ejecuciones que va de 1612 a 1618, se preferían las escrituras de concierto entre ambas partes. En una fecha tan tardía como la de 1618, Astudillo se postulará como garante y fiador de Buedo, en la palabra dada por éste de presentarse voluntariamente ante el Consejo de Hacienda. Sólo cuando Buedo incumple su palabra y Astudillo está a punto de ser encarcelado, cualquier acuerdo, por interesado que fuera (y primaba más el interés que la buena voluntad), se hace imposible. Por esa razón, el proceso ejecutivo contra Martín de Buedo, en lo que beneficia a Astudillo se nos presenta como un discurrir lento, donde los bienes ejecutados van cayendo del lado de este último paulatinamente: tesorero, esclavos, tierras y casas. Pero Francisco de Astudillo no era un agricultor ni tenía relación con la tierra, eso explica que igual que se apoderará con excesiva prontitud de la tesorería de rentas reales, intentará mantener una posesión temporal de las tierras de Buedo, manteniendo a éste como inquilino de las mismas para facilitarle unos ingresos con los que poder saldar las deudas con su antiguo socio. Francisco de Astudillo, que se hará con los servicios de Felipe Valero, vecino de Vara de Rey, como administrador para la explotación de las tierras, se nos presenta como un terrateniente torpe (hecho que le culpará Buedo). Así es comprensible que a la larga el principal beneficiario de los bienes raíces de Martín de Buedo sea don Rodrigo de Ortega, que, siguiendo la tradición familiar, basará su fortuna en la propiedad de tierras.

(1) AMSC. CORREGIMIENTO. Leg. 96/20


ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA (AChGr). 01RACH/ Caja 2854, PIEZA 7. Martín de Buedo Gomendio, vecino de Vara de Rey, con Francisco de Astudillo, tesorero de rentas reales del Marquesado de Villena, vecino de San Clemente sobre el oficio de tesorero. 1620

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