Peste de Sevilla de 1649 |
De esta guisa se expresaba la real provisión que haciéndose eco de las súplicas de la villa de Motilla de Palancar ordenaba al escribano de San Clemente que pasara a la villa vecina para recoger testimonio de los destructores efectos de la peste, pudiendo obtener así la población el perdón del pago de rentas reales en los años siguientes.
La peste se había iniciado un 24 de febrero 1559, día se San Matías Apóstol, y se extendió en el tiempo durante cuatro meses hasta el 28 de junio, víspera de San Pedro y San Pablo. Los motillanos huyeron de su pueblo, pero se encontraron con el esperado repudio de los pueblos vecinos y comarcanos que se negaron a acogerlos, debiendo vagar lastimosamente por los campos. Pasados dos meses del fin de la enfermedad era tal el temor que los vecinos seguían refugiados en los campos. La villa estuvo durante seis meses despoblada; las medidas sanitarias adoptadas, desde el aislamiento a la quema de ropa que cita el texto, o la huida de los vecinos, seguros de que el mejor remedio contra la peste era el clásico cito, longe, tarde, provocaron la ruina del pueblo y el cese de los tratos. Sin llegar a la devastación de la peste de 1600, sus efectos se dejaron sentir en la mortandad, que alcanzó hasta un centenar de personas
murieron en la dicha villa hasta noventa personas pequeños e grandes y en los canpos murieron algunos en poca cantidad y allá los enterravan y otros en sus casas y en los corrales y en los poços porque no avya en la dicha villa quien los osase enterrar de temor de la dicha enfermedad e los vido llevar a enterrar rrastrando con una soga del pescueço e a los pies
(Continuará)
AGS, CRC, 667,7 Parte de una información de testigos, se habla de la peste habida en La Motilla en 1559
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