El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

domingo, 17 de mayo de 2020

Alonso Rosillo, blasfemo



Signos de los escribanos de Villanueva de la Jara Francisco Navarro y Andrés Navarro y firma de Alonso Rosillo

Alonso Rosillo había nacido en la Navidad de 1527, en Villanueva de la Jara. Era un hombre sin oficio conocido; viviendo en casa de su padre, se limitaba a hacer lo que este le mandaba. En su familia, la educación era una prioridad y una obsesión por hacer de sus miembros unos buenos escribanos. Alonso Rosillo había estudiado las primeras letras en su pueblo de Villanueva de la Jara e incluso había recibido rudimentos de gramática. Pero el deseo de su padre de hacer de él un buen letrado al mandarlo a la Universidad de Alcalá se había traducido en un fracaso. Hacia 1546 llegó a Alcalá, donde estudió gramática durante dos años, pero tal vez mal estudiante, tal vez simple crápula, abandonó los estudios para volver a su pueblo, donde ayudaba a su padre en el oficio de escribano y en la administración de su hacienda. Su altivez le llevó a comienzos de 1551 ante el Santo Oficio por blasfemar en público. Su error blasfemar ante el alcalde mayor del Marquesado en el momento que se hacían ciertas cuentas de su padre, que para Alonso eran simples trampas que si no fuera Dios del Cielo otro no las podría averiguar o acabar. Una de tantas frases que se decían sin más importancia, pero no si alguien estaba dispuesto a denunciar. Fue el diablo quien le turbo la lengua, diría Rosillo entre lágrimas en su confesión ante la Inquisición. Decían los Inquisidores que las lágrimas del reo les habían conmovido, cosa improbable, pero sentimiento que anunciaba la sentencia benigna de nueve de marzo de 1551: simple advertencia. Este joven de veintitrés años ya había pasado su calvario particular, preso en la cárcel de su pueblo y en las del Santo Oficio en el Castillo de Cuenca. 

la familia de Alonso Rosillo era un ejemplo de superación, o al menos la mitad de ella, pues eran dos familias destacadas las que se habían encontrado: los Navarro y los Rosillo. Los Navarro, de sastres se convirtieron en labradores y escribanos. Los Rosillo, de origen incierto, de reductores del Marquesado de Villena en dilapidadores de su fortuna.



GENEALOGÍA DE ALONSO ROSILLO, en 1551


Padres


Francisco Navarro, escribano real y labrador que entiende en su hacienda en Villanueva de la Jara.
María López de Montoya, difunta

Abuelos paternos


Sebastián Navarro que fue sastre y luego vivió de su hacienda
Benita Simarro

Abuelos maternos


Alonso Rosillo, que vivió de su hacienda, fue hijodalgo y vivió en San Clemente
Mencía López

Tíos hermanos de padre

Andrés Navarro escribano, vecino de Villanueva de la Jara
Juan Navarro, labrador de Villanueva de la Jara
María Navarro, que fue mujer de García Gómez, herrero
Catalina Navarro, mujer de Francisco de Córdoba, labrador de Villanueva de la Jara
Isabel Navarro, mujer de Pedro Rodríguez, labrador de San Clemente

Tíos hermanos de madre

Juan Rosillo, labrador y vecino de San Clemente
Otro que fue casado con Isabel Navarro su tía
Teresa Rosillo, mujer que fue de Andrés Navarro

Hermanos

Francisco Navarro, que está estudiando en Salamanca

Hermanas

Mencía López, doncella
María López de Montoya, doncella
Benita Navarro, doncella


Mi agradecimiento a Julia Toledo por hacerme llegar este expediente


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