La historia de la desaparecida iglesia de San Andrés de Alarcón comienza con los Fúcares, banqueros alemanes. En 1534 habían prestado a Carlos V, 62100000 maravedíes para mantener sus aventuras guerreras; el interés aunque no despreciable no era tan alto como años después, dieciséis al millar, que se decía en la época, el 6.25 por ciento, es decir, los Fúcares recibían una renta anual de 3881250 maravedíes. La carta de juro se selló en la ciudad de Toledo el dos de mayo, ese día Pedro de Suazola, tesorero del Consejo de Guerra, recibió de Vido Herll, corresponsal de los Fúcares, los sesenta y dos cuentos. Los pagos se habían formalizado en las ferias durante los meses de mayo, agosto y octubre del año anterior y ahora, en mayo de 1634, coincidiendo con la carta de pago se hacía efectivo la última parte del préstamo.
La operación financiera respondía al llamado juro al quitar, pago de intereses anuales hasta la amortización del principal del préstamo, pero los Fúcares, como luego harán otros banqueros, solían recibir el pago del primer años y luego solían desprenderse de esta deuda pública, vendiéndola y troceándola entre particulares. De hecho, el 23 de mayo ya estaban vendiendo su juro a particulares. Uno de los afortunados fue Andrés del Castillo y Quijano, contador del marqués de Villena y residente en Alarcón, que recibiría 50000 maravedíes anuales, tras comprar su parte de juro a los Fúcares. El cobro de los cincuenta mil maravedíes se aseguraba con un "situado" en las alcabalas de varias poblaciones de la Orden de Santiago de la provincia de Castilla: Tarancón, Dos Barrios y Villatobas, pero ahora el juro al quitar se había transformado en sus porciones en diversos juros de heredad, es decir, sin fecha de fin en los pagos, tanto para el titular como sus herederos.
Andrés del Castillo Quijano quiso en la hora de su muerte, dejar huella de la memoria de sus padres para el futuro y garantizar la salvación de su alma, pues, tal como nos decía, los hijos están en deuda con los padres y él como tal hijo era obligado " en remuneración de los grandes y continuos trabajos que los padres en estos siglos suelen tener alimentando y criando a sus hijos". Andrés del Castillo era obligado a salvar las almas de sus padres comprometiendo parte de su fortuna en misas y oficios divinos para sacar dichas almas del purgatorio. Para tal fundó un patronazgo, o patronato, de legos, el 25 de septiembre de 1534 junto a su mujer Beatriz de Ayllón, comprometiendo para sostener dicho patronato las rentas de un censo perpetuo de doce mil maravedíes sobre un heredamiento, torre y cortijo de Montalbanejo, cedido en favor de su hijo Tomé Quijano Castillo como primer patrón: 7500 mrs. para misas, 1500 para el sacristán, 1500 para salario del patrón, 500 para reparos de la iglesia, 500 para cera, 500 para dar de comer a los clérigos y 500 de salario del mayordomo. Dicho patronato se fundaría en la iglesia de San Andrés, una nueva iglesia que el matrimonio ya había construido y que se sumaría a las otras cuatro ya conocidas de Alarcón:
Por quanto nos emos fundado y echo a nuestras propias espensas toda la Yglesia y la capilla hermita de la advocación del bienaventurado apóstol señor San Andrés en esta villa de Alarcón con voluntad e yntención que siempre emos tenido e tenemos que la casa de aposento que es o fuere hecha y encorporada en la dicha yglesia a de ser y sea para siempre jamás casa de aposento de ospital de peregrinos o probes o monesterio de rreligiosos e rreligiosas
La creación del hospital iba acompañada del mencionado patronato para la salvación de las almas de los fundadores y las de sus padres, y de unos bienes añadidos al censo de doce mil maravedíes para hacerlo posible, que suponían un mayorazgo de tercio y remanente de quinto de la herencia del matrimonio, incluidos los 50000 maravedíes de renta anual del juro mencionado. Andrés del Castillo seguía los pasos de su señor don Diego López Pacheco, duque de Escalona y marqués de Villena y Escalona, que había fundado hospitales bajo la advocación de San Andrés.
El testamento de Tomás Quijano, dado en Montalbanejo el 26 de agosto de 1546, nos aporta nuevos datos, aparte de cambiar el lenguaje del mismo, más religioso, encomendándose a la virgen y trayendo a colación la frase repetida de enfermo de carnes y sano de entendimiento, como nuestro señor Jesucristo añadirá. Se desvela los problemas que hubo por la herencia de sus padres con su hermana y cuñado. Estos pleitos y diversos pagos no desvelados al marqués de Villena le habían supuesto gastos por valor de cuatro mil ducados, aunque reconocía haber recompuesto su hacienda con el patrimonio y trabajo de sus heredamientos y las ayudas de su hermano Velasco Carrillo. Heredamientos que había mantenido y ahora legaba a su hijo Luis Quijano Coello. Tomé Quijano debió morir joven, dejando un hijo menor de edad, Luis, que estaría bajo la tutela de su tío Velasco Carrillo, maestrescuela de la colegiata de Belmonte y con el que entraría en pleitos, una vez alcanzada la mayoría de edad a los veinticinco años, por los bienes tutelados de su herencia. La poca edad del niño da fe que el pleito en la Chancillería de Granada es de 1560. Es probable que esta circunstancia y la residencia de la familia en Montalbanejo llevaran a la dejadez respecto a la ermita de San Andrés. Los bienes en disputa entre sobrino y tío eran el juro de 50000 mrs., un juro perpetuo de 120 fanegas y tres celemines y el heredamiento de Fuentes, el de la Motilla y las casas y huertos que eran de su abuelo en Alarcón, el heredamiento de Montalbanejo, el de Olmedilla y el título de la dehesa sita en tierras de Alcaraz, aparte de censos.
Luis Quijano legaría su herencia a su hija María Quijano, casada con Gaspar Carrillo de Mendoza, señor de la villa de Mochales, donde iría a parar el referido juro de 50000 maravedíes, heredado por Iñigo López de Mendoza que moraba en Villel y que por esas fechas, 1611, andaba en pleitos por el citado juro con Francisco del Castillo y Alarcón y su mujer María de Castilla, vecinos de Molina de Aragón.
Tomé Quijano Castillo, casado con María Coello de Monroy. Otra hija de Andrés de Quijano era María Quijano, mujer de Juan Manuel de Sotomayor
Mayorazgo del tercio y remanente de quinto a favor de Tomé Quijano (escritura otorgada en Alarcón, en las casas de morada de Andrés del Castillo y Beatriz Ayllón, el 25 de septiembre de 1534)
- Heredamiento de tierras de pan llevar, casas, torre y cortijo en Montalbanejo y los Olmuelos (Olmillos). Andrés del Castillo lo había comprado de Francisco Carrillo de Guzmán, vecino de Granada... se incluyen censos y juros.
- Heredamientos de Montalbanejo y los Omillos, y la Motilla y Olmedilla
- 50000 mrs de juro al quitar sobre las alcabalas de Tarancón, Dos Barrios y Villatobas
- Dehesa de Cabeza los Silos
- Casas y tierras en la villa de Alarcón
No hay comentarios:
Publicar un comentario