La langosta seguía siendo un problema a comienzos de 1633, se repartía entre los vecinos mil fanegas del canuto de la langosta aovada en los campos y que se temía aflorara en los campos para la primavera. La villa se quejará de los acopiamientos de sal ante el administrador de salinas Diego Gallo de Avellaneda, pues han cesado por el nuevo servicio de dos millones y medio que el Reino ha concedido.
Para el 23 de octubre se decide dar el trigo de las tercias a los labradores y vecinos necesitados.
Tema de conflicto era el aprovechamiento de los montes. Los ganaderos villarrobletanos pedían el monopolio del aprovechamiento de las yerbas de las dehesas concedidas con motivo del donativo de 22200 ducados para las guerras de Italia. Por otro lado, los pueblos vecinos de San Clemente, El Provencio y Socuéllamos seguían talando los montes del Calaverón y la Bernagosa. Los sanclementinos formando cuadrillas de quince o veinte personas, fuertemente armados esquilmaban el monte del Calaverón:
se juntan en quadrillas de quince, veynte y treynta hombres, viniendo de mano armada con sus escopetas y otras armas proybidas haciendo grandes resistencias y las dichas justicias (de Villarrobledo) a quien les prenda, quitándoles las prendas que les han tomado con lo qual a llegado a tanto su livertad que al presente sin temor de la justicia hacen los dichos escesos
No comments:
Post a Comment