El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

Imagen del poder municipal
EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Friday, November 14, 2025

Araque de Belmonte y origen del linaje

 Los Araque de Belmonte debieron llegar desde La Alberca con Alonso de Araque, que, en 1559, pide, con unos cuarenta y cinco años, ante la Chancillería de Granada el reconocimiento de su hidalguía. Alonso de Araque había llegado a Belmonte para casarse en un primer matrimonio con la hija de Bartolomé Peña. Alonso de Araque había nacido en Villalgordo del Marquesado, hijo de Hernando de Araque y Constanza Montoya (o Violante), natural de Vara de Rey, aunque Hernando se había casado una segunda vez en Castillo de Garcimuñoz con Leonor Mula. Hernando de Araque era hijo de Alonso Hernández de Araque, que, a su vez, estaba casado con Juana Piñán.

Los Araque se habían extendido por otros pueblos. Dos primos hermanos del padre Hernando de Araque, el uno vivía en Montalbanejo, Juan de Araque, y el otro en Hinojosa, Lope de Araque. Los Araque se habían establecido en Montalbanejo con una hermana de Alonso Hernández Araque, llamada Isabel de Araque y Liébana casada con Juan Redondo. Otros parientes eran un Araque que vivía en El Cañavate y otro apodado Pedro de Quincoces que vivía en Castillo de Garcimuñoz. También se conocían parientes en Tribaldos y el común de Uclés. Alonso de Araque que litigaba tenía por hermanos Hernando de Montoya que vivía en San Clemente y cuatro hermanas más del primer matrimonio y Francisco de Araque y Juan de Araque que vivían en Castillo de Garcimuñoz, estos últimos fruto de un segundo matrimonio del padre con Leonor de Mula. En cuanto a Hernando Montoya, vecino de San Clemente, había obtenido carta de hidalguía frente a este concejo. 

La familia Araque de Villalgordo estaba libre de pagar el quinceno a Luis Pacheco de Silva, es decir pagar de cada quince fanegas una trigo al señor de la villa.


Testigos (año 1559?)

Alvaro de Luz, setenta años, natural de Villalgordo, hombre pechero

Juan de Luz el viejo, hombre hidalgo, 77 años, vecino de Villalgordo

Diego de Liébana, hombre hidalgo, vecino de Villalgordo, 70 años

Alonso Sánchez de Pascual Sánchez, vecino de Montalbanejo, pechero, 75 años

Juan López. clérigo presbítero de la orden de San Pedro, vecino de Montalbanejo, 74 años

ACHGR. sign. ant. 301-39-2


LOS ARAQUE DE CASTILLO DE GARCIMUÑOZ

Hernando de Araque casaría segunda vez con Leonor Mula o Melgarejo. Del matrimonio nacería Francisco de Araque, casado con María de la Gruesa, natural de Belmonte, juntos hicieron donación y patronazgo a su hijo Juan de Araque de sus casas principales en Villalgordo, que fueron de Hernando de Araque, su padre, y de 1300 almudadas de tierras en término de aquella villa y de sus casas principales en Castillo de Garcimuñoz. EL patronazgo viene cargado con una serie de misas por el alma de sus padres. Se escritura ente escribano el 14 de enero de 1577. Tres años después,  el seis de septiembre de 1580, en el Castillo de Garcimuñoz, se ampliará el patronazgo, al casar su hijo Juan de Araque con doña Francisca Muñoz, hija del licenciado Muñoz, vecino de San Clemente, haciendo por causa onerosa mayorazgo de sus bienes o por mejora del tercio y del quinto.

El matrimonio de Juan y Francisca Muñoz tendría dos hijas, Magdalena y Casilda. La segunda Casilda casaría en Moya con el doctor Caballón de la Carrera, alcaide de Moya. NO obstante, la sucesión en el mayorazgo recaería en un tercer hermano de Juan, llamado Pedro.

RAH. Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de Castillo (¿de Garci Muñoz?). [9/304, fº 234 v.]

LA ASCENDENCIA DE LOS ARAQUE EN ÁLAVA

El primero de los Araque es Lope Fernández de Araque, natural de Zoronozo, en la provincia de Álava, señor del valle y casa de Araque, que siguió la causa de don Juan Manuel, que lo casó con María Ruiz, dama de la infanta doña Constanza. El siguiente en la línea es Lope de Araque, que casó con Violante de Olivares. Un primer hijo, Juan de Araque, casa en Montalbanejo con Ana de Molina; el segundo hijo Alonso Fernández de Araque casa con Beatriz Méndez de Arboleda, natural de Villalgordo. De este matrimonio nace Alonso Fernández de Araque que casa con Juana Piñán, una línea ya vista arriba. Otras dos hijas son Beatriz de Araque que casa en Honrubia con Fernando de Villodre e Isabel casó en San Clemente con Diego de Tébar y Valenzuela

RAH. Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de la provincia de Alava. [9/304, fº 233.] 


LOS ARAQUE DE SAN CLEMENTE

Hernando de Montoya y Araque (hijo de Hernando de Araque y Violante Montoya) casa en San Clemente con María Muñoz de los Ángeles, sacó ejecutoria en posesión y propiedad. El matrimonio tuvo por hijos a don Fernando de Araque, que caso con doña Catalina Montoya; Alonso de Araque casó en San Clemente con doña Juana de Buedo, hija del capitán Martín de Buedo, tesorero de rentas; Pedro de Araque casó con doña Gerónima de Liébana de Castillo de Garcimuñoz; el licenciado Juan de Araque abogado casó con doña Inés de Buedo, hermana de Juana de Buedo citado: Francisco de Araque, clérigo, y doña Violante y doña Ana, franciscas.

RAH. Tabla genealógica de la familia de Araque, vecina de San Clemente (Cuenca). [9/304, fº 234.]

Wednesday, November 12, 2025

Pérez de Trucios, hidalgos y canteros de Mota de Cuervo

 

Bernardino Pérez es el litigante, casado con una hija de Diego Ortiz. Su padre era Pedro de Trucios que vivía en la casa solar de Laguanaz (La Aguanaz), en el valle de Trucios y estaba casado con una hija de Diego Merlín de Pando, llamada Catalina de Trucios. El abuelo era Diego de Trucios, casado con María Sánchez de Trucios. El bisabuelo era Juan Pérez de Trucios.

Bernaldino había llegado mancebo primero a Belmonte y Villanueva de los Infantes. En un primer momento, antes de establecerse definitivamente, había llegado en compa. Algunos de los vecinos del valle de Trucios, contemporáneos del abuelo y padre de Bernardino, tienen apellidos que luego veremos en la Mancha: Juan de Rueda, Juan Hermoso, Juan de Acedo, Pedro de la Fuente o Juan de la Calera (con casa solar en la Calera).

No podemos garantizar que fuera cantero, solo suponerlo

Testigos: 

Martín de Montellano, vecino de Villaescusa de Haro, natural de Montellano en el valle de Salcedo, hombre hijodalgo

Juan de Carranza. vecino de Almendros, natural del valle de Carranza, hombre hidalgo de sesenta años

Pedro de Cueto, vecino de Belmonte, natural del valle de Trucios, hidalgo de noventa años

Martín Díaz de Pando, vecino del barrio del Pando en el valle de Trucios, 55 años

Pedro Rodrigo, vecino y natural del calle de Romania de Acy, en el valle de Trucios, hidalgo de 60 años


ACHGR, sign. ant. 304-553-95, es expediente incompleto




Tuesday, November 11, 2025

Portillo de Tribaldos

 La Chancillería de Granada declarará como hombres pecheros a varios vecinos del lugar de Tribaldos, perteneciente al partido de Uclés: Álvaro de Coronado, Diego Dávila, Miguel Portillo y Andrés Rodríguez en marzo de 1557. Treinta años después los hijos de Miguel Portillo, Diego Y Sebastián, intentarán una revisión de la sentencia. A pesar de que ambos hermanos lleven como segundo apellido el de Araque junto al de Portillo, serán considerados pecheros por sentencia de 17 de octubre de 1594. Al parecer la nueva pretensión venía después de una ejecutoria del año 1585 o 1586, común al resto de los pueblos, que había permitido el acceso de los hidalgos a la mitad de los oficios en los concejos. En virtud de esa ejecutoria, Diego Portillo había accedido al oficio de alcalde ordinario por el estado de los hijodalgo. 

El pleito aparecía inconcluso en 1612, pues los hermanos Portillo eran deudores de las costas.

Aunque los Portillo habían iniciado hacia 1550 las diligencias para ser considerados como hidalgos en Montalbo y Tribaldos, sería la rama de Motilla la que conseguiría la titulación hidalga, pero ya en fecha tardía del siglo XVIII, cuando se desplazan a Villanueva de la Jara y Requena. También conseguirán ejecutorias en esas fechas los Portillo de Villar de la Encina y Villaescusa de Haro, sin que tengamos constancia de la relación familiar entre estas ramas.


ACHGR, sign. ant. 303-455-1

Monday, November 10, 2025

Los Portillo de Motilla

 Los Portillos de Motilla del Palancar, cuando pasan a Villanueva de la Jara, en 1771, quieren ver su hidalguía en la ejecutoria ganada por un ascendiente familiar de Valladolid que había ganado ejecutoria de hidalguía en 1626. Se trataba de Gonzalo Díez Portillo Ribadeneira, considerado como segundo nieto de Diego Díez Portillo y de Inés Daza. Cuando en 1768, el motillano Francisco Portillo y Carcajona se avecinda en Villanueva de la Jara y sus hermanos Alonso y Ana María, avecindados en Requena, remontarán su ascendencia al referido Diego Díez Portillo y su mujer Inés Daza. El referido Francisco se presenta como hijo de Esteban Portillo y Pacheco, nieto de otro del mismo nombre, segundo nieto de don Benito Martínez Portillo, tercer nieto de Esteban Portillo, cuarto nieto de Pedro Portillo y quinto nieto de Juan Portillo que había sido hijo de los referidos Diego Díez Portillo e Inés Daza.

Los Portillo remontaban sus orígenes a la casa solar de Escandón


GENEALOGÍA

1.- Diego Díez Portillo e Inés Daza

   2.- Juan Portillo y Ana María Martínez Cejalbo

     3.- Pedro Portillo y Ana Martínez

        4.- Esteban Portillo y Catalina Martínez

           5.- Don Benito Martinez Portillo y doña Catalina García Cardos

               6.- Don Esteban Portillo y doña María Juana Pacheco

                    7.- Don Esteban Francisco Portillo y doña María Luisa Carcaxona

                             8.- Francisco, Alonso y María.

El primero mencionado, Diego Díez Portillo era hijo de Juan Díez Portillo, hermano de Diego Díez de Escandón, dueño de esta casa solar de la que toma el apellido. La ejecutoria de los hermanos es de primero de agosto de 1775


Los Portillo han sido estudiados por Julia Toledo y Sebastián Hernández, donde se pueden ver sus orígenes en la Montaña.


Los Portillo de la Casa Torre de Escadón a Motilla del Palancar

https://alariberadelvaldemembra.blogspot.com/2019/11/los-portillo-de-la-casa-torre-de.html


ACHGR, sign. ant. 301-171-396

Guerra e hidalguías en Belmonte (1637-1646)

 El conflicto venía por la obligación llegada desde la ciudad de Cuenca de alojar a siete soldados montados del teniente Carlos Tolentino en la villa de Belmonte el año 1668, correspondientes a la compañía del capitán de corazas Juan Bautista Piñatelo. La villa debía pagar 800 ducados, pero dado que siempre habían pechado en ella pecheros e hidalgos por viejos privilegios, ahora se pretendía la exención de hidalgos. Tanto en Castillo de Garcimuñoz como en Belmonte de acuerdo a sus viejos privilegios los hidalgos pagaban impuestos o pechos, pero con motivo de las guerras, entre 1637 y 1642 los hidalgos se habían registrado en libros aparte para sus propios y diferenciados servicios militares, constituyéndose registros que hasta entonces no existían en la villa de Belmonte. Esta contradicción llevó a un enfrentamiento en el ayuntamiento de la villa de Belmonte de 19 de febrero de 1668, entre los regidores pecheros. 

Entre los vecinos a los que se les exige demostrar su condición hidalga en 1668 están: 

  • Juan Gasco
  • Juan Sánchez de la Maza y Francisco de la Maza Ramírez su hijo
En 1637 y por una orden del corregidor de San Clemente se hizo un registro de hidalgos, en lo que será una tónica general: el corregidor de San Clemente se entrometerá en el reclutamiento de hidalgos en tierras de señorío por delegación del Consejo de Castilla. Se detalla su edad para el año 1637 y su situación, vivo o muerto, y si tienen hijos o no en 1668. En los años sucesivos se van incorporando nuevos nobles, entre los que destacan apellidos como Palomar, Burillo, Luján o Mena (al final de la lista). Se trata de oportunistas que aprovechan las necesidades militares de la corona para ver reconocida momentáneamente la condición hidalga. Pero también se produce una deserción de nobles que abandonan el pueblo para evitar posibles reclutamientos. Del registro de los años 37, 38 y 39 se pasará el año 1641 al reclutamiento obligatorio de nobles mayores de 16 años para una jornada en Cataluña y Aragón acompañando al rey; dicha reclutamiento se hará desde San Clemente. Una decena de ellos irán a esta jornada, entre los que señalamos nuevos hidalgos con el apellido Burillo o los Morales (que ya de antaño ligarán su apellido al de Inestrosa) o hidalgos que consideramos empobrecidos como los Ramírez, otros como los Melgarejo los vemos acudir a la guerra voluntariamente; el resto de hidalgos contribuirían con su dinero para sufragar los costes de guerra de los hidalgos pobres reclutados. De nuevo el año 1642, y en cumplimiento de una orden del Consejo de Castilla, ejecutada por el corregidor de San Clemente fueron llamados de nuevo hidalgos mayores de diecisiete años para la guerra de Cataluña. No habría nuevo reclutamiento de hidalgos hasta el año 1646 con el llamado Tercio de los ochocientos hidalgos del conde de Priego. Si en las jornadas de 1641 o 1642, se vio en la guerra una promoción, para el año 1646 los hidalgos huyeron de la guerra pagando su exención por doscientos ducados de vellón y librándose así de la guerra todos los hidalgos belmonteños. En cualquier caso, sí hubo una solidaridad entre los hidalgos belmonteños, pues cada cual aportó los reales que pudo, en cantidades que iban de veinte reales hasta los noventa reales por cabeza, hasta completar los 2200 reales, es decir, doscientos ducados. Posteriormente hacia 1647, uno de los linajes que pedirá la condición hidalgo será el linaje de los Castillo, Pedro del Castillo y sus hermanos, pretendiendo ser descendientes de la anteiglesia de Abadiano

 
  • Don Antonio de Montoya y Cárdenas, 48 años
  • Don Pedro de Vizcarra y Espinosa, en 1668, muerto y sin hijos
  • Don Julián Valdés, muerto ya y sin hijos
  • Don Antonio Henero (o Venero) de la Gruesa, sin hijos
  • Don Diego Delgadillo de la Cadena, tiene tres hijas
  • Don Alonso de Córdoba, ausente muchos años sin haber dejado hijos
  • Don Bernardino de Montoya
  • Don Juan de Montoya Ponce de León, 61 años
  • Don Diego Donoso Merchante, 60 años
  • Don Alonso de Osorio, y sus hijos don Pedro de Osorio y Juan de Osorio, sacerdote
  • Ilegible, con seis hijos
  • Don Jerónimo Pacheco, casado con seis hijos: Don Lope Pacheco y Jerónimo Pacheco, estudiante de Alcalá, otros dos hijos frailes
  • Don Juan Ramírez con un hijo mancebo
  • Don Pedro de Araque Montoya
  • Doctor don Gabriel de Araque 
  • Don Jerónimo Carrillo
  • Don Martín de Buedo
  • Don Diego Melgarejo de Silva
  • Don Pedro de Belmonte y Avilés, muerto sin hijos
  • Don Diego de Alarcón Cabrera, del hábito de San Juan y familiar del Santo Oficio
  • Don Diego Fajardo y Alarcón, ya muerto, con dos hijos, el uno sacerdote y el otro llamado Don Diego Fajardo
  • Don Agustín de Alarcón Fajardo
  • Don Lope Pacheco y Guzmán
  • Don Juan de Montoya Ponce de León, muerto y sin hijos
  • Doctor Pedro Vázquez Guzmán, con casa solariega conocida de don Martín de Guzmán. Con dos hijos, uno en Granada casado y otro mancebo
  • Luis Ramírez y Peñafiel, 78 años, ya muerto. Tiene un hijo don Bartolomé Ramírez
  • Don Alonso de Altarejos, ya muerto
  • Don Pedro de Belmonte y Avilés, 67 años, ya muerto, con un hijo que se dice don Diego de Belmonte
  • Don Miguel de Altarejos, ya muerto y sin hijos
  • Don Diego de Inestrosa, ya muerto y sin hijos
  • Juan de Villena
  • Don Jerónimo de Céspedes, ya muerto y con un hijo don Antonio de Céspedes
  • Don Juan Pérez de Arriaga, marchó a Málaga
  • Don Pedro Vázquez de Guzmán, muerto y sin hijos
  • Don Diego Muñoz de Inestrosa, 64 años, y su hijo Fernando Muñoz de Inestrosa (este muerto en 1668) con un nieto que se dice don Diego Muñoz
  • Don Juan Baustista de Inestrosa y Ludeña, muerto y sin hijos
  • Don Cristóbal de Moya, ausente en Madrid, tiene dos hijos, don Pedro y don Manuel, que son beneficiados y gozan de fueros eclesiásticos
  • Don Sebastián Velarde de la Vega, con diez hijos, pero sin sucesión en la villa en 1668
  • Don Juan Ortuño de Villena, muerto, tiene un hijo
  • Bartolomé Ramírez Figueroa, muerto sin hijos
  • Don Diego de Haro Lodeña, muerto sin hijos
  • Bartolomé Ramírez Inestrosa, vivo en 1668
  • Don Baltasar Ramírez Torremocha, tres hijos son sacerdotes y un hijo es casado
  • Don García Carrión, muerto y sin hijos
  • Don Juan de Haro Lodeña, muerto y sin hijos
  • Don Antonio de Haro Lodeña, vivo en 1668
  • Don Sebastián de Moya, muerto con cuatro hijos, uno sacerdote y los demás ausentes de Belmonte
  • Antonio de Araque, ya muerto y con un hijo llamado don Alonso de Araque
  • Don Pedro de Inestrosa Zurita
  • Don Cristóbal Vázquez de Guzmán
  • Don Antonio Sandoval
  • Don Francisco Monreal
  • Don Juan Varela
  • Don Juan Ramírez de Ribadeneira
  • Don Diego del Castillo
  • Don Bernardino Collado
  • Don Pedro Suárez
  • Don Fernando de Tébar
  • Don José Granero
  • Don Pedro de Luján y Frías
  • Don Diego Palomar
  • Don Pedro Pallarés
  • Don Miguel Burillo de la Cadena
  • Don Diego Burillo
  • Don Pedro de Araque de Mena
  • Juan Morales Inestrosa
  • Juan de Valcázar
El alojamiento de siete soldados montados y su teniente en 1668, se dio entre el 16 de abril y el nueve de mayo. Los soldados se alojarían en casas de labradores, que se turnaron por semanas para hacer menos costoso el alojamiento y manutención.


ACHGR. sign. ant. 302-214-1

Tuesday, October 28, 2025

Registro de caballos en El Pedernoso, en 1563

 El 26 de diciembre de 1563 se reúne el ayuntamiento de El Pedernoso para registrar el ganado caballar en la villa y tratar la posibilidad de adehesar espacios para la cría de potros para la guerra. El ayuntamiento estuvo presidido por Pedro de Villalgordo, alcalde ordinario, Diego Pacheco y Avilés y Miguel García, regidores, y Pascual López, alguacil mayor, se decide adehesar la parte del término llamado el Chaparral, en el camino que va hasta Santa María de los Llanos hacia la dehesa del Monte Viejo, que confina con los mojones que parten El Pedernoso con la Orden de Santiago. Una cantidad de tierra que se medía en tres mil pasos de largo y dos mil de ancho y que iba por la dehesa que se daba a los carniceros y por los mojones de los cotos de las viñas del río hasta dar con la mencionada dehesa del Monte Viejo. Se registraron un total de cerca de una docena de potros, caballos y yeguas, correspondientes a media docena de propietarios

AGS, CCA, DIV. 19,8

Monday, October 27, 2025

LA BARRERA DEL JÚCAR

 LA BARRERA DEL JÚCAR


El aldeanismo es el principal mal de estos tiempos. El miedo a lo ajeno nos lleva a aislarnos en nuestro pequeño rincón. El temor al conflicto, a negar al otro y a lo diferente. En estos tiempos que corren la obsesión es evitar el conflicto, sin entender que la historia ha avanzado con conflictos de intereses, sufridos partos de realidades confrontadas e imposiciones de modelos identitarios que han fagocitado otros. Es tal la obsesión por imponer unos paradigmas, bien desde el mantenimiento de los tradicionales bien desde la presentación de otros nuevos más transversales, que se hace difícil la libertad de expresión y la confrontación de ideas. Lo que no está encuadrado en los estrechos límites fijados por aquellos que tienen el control social no existe o, al menos, resulta difícil establecer lugares comunes de creación de nuevas identidades ajenas a las ya existentes.


Nada nuevo bajo el sol. Hemos resumido esta entrada bajo el nombre de la "barrera del Júcar". Los ríos crean espacios y los dividen: sobre el Júcar se asienta la ciudad de Cuenca, capital de un amplio alfoz, y sobre el Júcar se asentará Alarcón, un sueño imposible de una Tierra cuyos horizontes se perdía por pretender ir mucho más allá de la ribera del río y perderse en llanuras interminables. Esa marcha hacia el sur tuvo como barrera el propio río. Alarcón, con el tiempo, y antes de los compromisos políticos, nacidos de sus derrotas, tuvo que renunciar a la parte derecha de su ribera. El nacimiento de Castillo de Garcimuñoz es constatación del fracaso del alfoz alarconero y de lo duro que fue para los castilleros crear un espacio amplio de influencia cuando se hace sobre la llanura. Igual de duro fue para la pequeña fortaleza de Alarcón crear su espacio propio sobre la margen izquierda del río, claudicando ante unos labradores que ocupaban el espacio, haciendo del Fuero de Alarcón su propia ley que no respondía ante nadie.


Mientras la ciudad de Cuenca creía ser cabeza de un amplio espacio, en el sur del obispado se fraguaba un espacio a golpes. Quizás el dato más señalado sea el de la configuración de los espacios religiosos: las iglesias de Alarcón parecían hacer sombra al cabildo de la catedral conquense, pero la realidad era que según se repoblaba el espacio, las iglesias locales disponían de sus propias rentas decimales frente a unos y a otros; si bien es verdad que todos ellos claudicaron ante los beneficiados italianos. En lo social, el espacio abierto por Castillo de Garcimuñoz dio lugar a la "modernidad", pues qué si no era introducir este espacio a la historia del mundo. La apertura suponía nuevos y dinámicos grupos sociales: eso que hoy se llama el mundo converso, pero que es algo más complejo. El siglo XV fue castillero, o alguien dirá belmonteño, pero el gran impulso vino de San Clemente, que heredó dinamismos de minorías conversas castilleras e ínfulas nobiliarias llegadas de Belmonte. Nació en San Clemente una sociedad nueva y lo hizo "a hostias", una sociedad abierta, violenta en su rápido crecimiento, integradora de diversos grupos humanos y necesitada de una identidad, la cual intentó fijar por sí misma y concluyendo en un fracaso. Conocer la historia de San Clemente es embriagarse con la posibilidad de ver en esta villa una pequeña Albión en lo económico y una nueva Holanda en la libertad de pensamiento, para, a continuación, darse cuenta de las fuerzas regresivas que anidaban en su interior. Hoy, olvidamos lo primero y tapamos lo segundo. A veces me pregunto por qué mis libros tienen más éxito cuanto más alejados están sus lectores de San Clemente y me respondo que los sanclementinos no quieren mirarse en el espejo de sus fracasos pasados. Quizás el dilema de esta villa es que la luz de Trento ciega los destellos de esa luz natural (utilizamos términos de Spinoza) que irradiaban sus vecinos por el mil quinientos.


En la margen izquierda del Júcar está Villanueva de la Jara. Villanueva de la Jara es la heredera natural de Alarcón, es la otra constructora de nueva identidad. Villanueva, nacida pasada la mitad de la centuria del siglo XIV, dio sentido a un nuevo espacio desde la mentalidad del labrador que, arrinconado por el Júcar, se había imposibilitado en ser soldado. Villanueva de la Jara se comió a Alarcón y lo intentó con Iniesta. Pero, hablar de esto requiere nueva entrada.

Salitre de El Pedernoso

 La producción de salitre en El Pedernoso en 1557


Miguel Llanos, vecino y regidor de la villa del Pedernoso, dize que cumpliendo con lo que deue al seruicio de V. A. auisa que en la dicha villa que es en el prioradgo de San Juan ay xiii calderas y otros tantos obradores de hazer salitre, los quales que particularmente declara, podrían labrar en cada un año más de i (U) cc quintales de salitre y los quales los venden luego porque como es general que biue de su grangería, tienen necesidad de dinero luego de contado y si huuiese allí alguna persona con dineros que como se acauase de hazer el dicho salitre lo tomase se recogería la dicha cantidad porque aunque en nombre de V. A. van allí a tomarlo es de tarde en tarde y no ay persona allí que resida de ordinario.

Y que para que mejor y más salitre se pueda hazer conuernía dar cédula para que qualquier parte que quisiesen pudiesen tomar el atocha y el romero que para los hornos es menester porque van dos leguas por ello y los prendan.

AGS, GYM, LEG. 65, 246. Año 1557.

Desde 1578 se reconoce que el problema es la falta de atocha, por lo que se pide el adehesamiento de terrenos en Quintanar de la Orden y Villacañas para garantizar el abasto a las fábricas de El Pedernoso (AGS, GYM, Leg. 88, 141. Año 1577)

Sunday, October 26, 2025

Ortega Santa María del Campo

y preguntado que si sabe que un fulano de Sanclemente moro que hubo en esta villa como se decía dixo que se llamaba Fernando de Sanclemente y que tiene su sambenito en esta Iglesia Mayor de Santiago de esta villa que era moro i repreguntado si doña María Rosillo abuela paterna del pretendiente si tenía decendencia del dicho moro o algún parentesco con él= dixo que ni tenía parentesco ni decendencia de dicho moro porque aunque algunos parientes de la dicha doña María Rosillo son Sanclementes no son de los dichos de Fernando de Sanclemente ni tampoco toca a la dicha doña María Rosillo el apellido Sanclemente= como parece por la decendencia de Ana Martínez de Campos que casó en Santa María del Campo con Andrés Martínez Rubio i estos entre otros hijos tubieron a Lucía la Rubia que casó en San Clemente con Gonçalo de Sanclemente i a Pedro García de Campos que casó en Santa María del Campo con María Galindo i estos tubieron entre otros hijos a María Galindo que casó con Cristóval Rosillo, padres de la dicha doña María Rosillo

Ejecutoria Pedro González Galindo

Ejecutoria de Pedro González Galindo