El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

sábado, 6 de marzo de 2021

El Peral y Villanueva de la Jara: la grana

 



Fotografía: Juan Pérez Pinilla

La concordia entre El Peral y Villanueva de la Jara vino tras los enfrentamientos de 1484 entre ambos pueblos, que aún sería recordados noventa años después en las Relaciones Topográficas. Tal concordia era sentencia de juez arbitro, para el caso el gobernador del marquesado de Villena, el comendador Pedro de Vaca. El capítulo de mayor fricción en el futuro sería el censo anual de 500 maravedíes que El Peral debía pagar a Villanueva de la Jara, aunque otro de los capítulos que causaría también conflictos sería el incumplimiento de la obligación entre las partes de hacer saber la una a la otra los momentos de desvedamiento de los aprovechamientos comunales, entre ellos, la derrota de la grana.

En la década de los treinta, El Peral sufría la presión de su vecino. Veía negado el acceso a la recogida de grana y trataba de cobrar repartimientos de tributos a los vecinos de la Jara que tenían propiedades en sus términos. Era la pescadilla que se comía la cola; El Peral era un pueblo pobre en recursos y bienes propios y obligado a repartir contribuciones entre sus vecinos para cualquier obra pública, pero los pleitos con Villanueva consumían sus recursos. A la altura de 1534 se veía obligado a un plantar un nuevo repartimiento de 20.000 maravedíes para sufragar los gastos de los contenciosos iniciados con los pueblos vecinos, aunque finalmente solo obtendría licencia para un repartimiento de diez mil maravedíes. Aunque El Peral ganó sentencia favorable del alcalde mayor Ordoñez en agosto de 1533, posteriormente, en mayo de 1538, la Chancillería de Granada se pronunciaría a favor de Villanueva de la Jara.

Las diferencias se habían iniciado en 1532 cuando los jareños habían pregonado la derrota o “deviedo o desvieda de la grana” (tal como se decía en la época) en la plaza pública de su pueblo, pero sin dar noticia a El Peral, que llegó tarde a la recogida. El Peral recordó el incumplimiento de la concordia de 1484 y exigió 5000 maravedíes de pena según marcaban los capítulos de la mencionada concordia. El siguiente paso, fue tomar prendas de las propiedades jareñas por ese valor y no restituirlas a pesar de sentencia contraria de la Chancillería. Las prendas se sacaron del embargo de cincuenta y cinco carneros propiedad de un vecino de Villanueva, llamado Aparicio de la Motilla.

Contra lo que pasa por voz pública y fama, relativo a la dependencia de Villanueva de la Jara, junto a San Clemente y Albacete, al señorío de la emperatriz Isabel como una época dorada, la verdad era distinta. Las villas de realengo como El Peral aprovecharon la actitud partidaria y favorable de la justicia del marquesado, sus gobernadores y alcaldes, para imponer unas condiciones ventajosas. Villanueva no tuvo más remedio que llevar los contenciosos a la Chancillería, pues el corregidor de la emperatriz, licenciado Gudiel de Corbatos, se inhibía.

 

 

Concejo de Villanueva de la Jara, 12 de abril de 1524

 

Pedro García de Villanueva y Juan de Monteagudo, alcaldes

Diego López y Clemeinte Pardo, regidores

Martín García, alguacil

Pedro el Royo, Martín Sanz del Atalaya, Alonso de Ruipérez y Martín García

Testigos: García el viejo, Alonso García de San Clemente, Lorenzo Borgoñés lencero, Alonso Romo corredor

Alonso García, escribano.

 

Concejo de Villanueva de la Jara de 20 de febrero de 1533

 

Pedro de Moneagudo y Miguel Mateo, alcaldes

Bachiller González, Pedro García, Juan Saiz de Ruispérez, regidores

Clemente Pardo, Alonso de Ruipérez, Ginés de Mondéjar, diputados

Sebastián Clemeinte, escribano del ayuntamiento



ARCHIVO DE LA CHANCILLERÍA DE GRANADA, PLEITOS, 5332-2

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