El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

Tuesday, February 4, 2025

Villarrobledo (1624)

 El año 1624 comenzó entre los pagos habituales de deudas y elección de oficios, si bien ahora por orden de Baltasar Gilimón de la Mota, del Consejo de Hacienda, se finiquitaron las cantidades adeudadas de la reducción de oficios del año pasado. Los pleitos eran repetitivos con Munera por las dehesas de los Jarales y la Bernagosa. Los oficiales locales del Consejo de la Inquisición, dependientes del Tribunal de Murcia, exigían un puesto preponderante en la iglesia de San Blas y al lado del Evangelio cuando se leyeran edictos del mencionado tribunal.

No se hace mención de las cosechas de ese año, aunque sí de la falta de lluvias en otoño, pero sí de las dificultades de hacer frente a las deudas y concretamente a los réditos del censo de don Pablo de la Peña, al que se le debía 1446010 maravedíes. La visión de la crisis vivida por la villa ese mes de septiembre es que había empezado en el año 1614 (secas, hielos y langosta y por pleitos y excesivos gastos que han consumido los propios), y ahora se sufrían las consecuencias. Al pago de esta deuda sucedía la de los servicios de millones y fiestas de toros para la virgen de la Caridad. EL concejo pidió un repartimiento extraordinario entre los vecinos. Únicamente había un modo de no pagar: tener seis hijos varones vivos, tal como decían las pragmáticas reales.

Es cierto que el 20 de noviembre de 1524, el regidor Pedro de Montoya Vizcarra plantea un plan de consolidación de la deuda, unificando los intereses de los réditos en el cinco por ciento. Los acreedores de los censos que reconoce en ese momento son: 

  • Pablo de la Peña Carbajal, vecino de Toledo: 16000 ducados de la ampliación del término y jurisdicción, 4000 ducados de la escribanía pública, 2100 ducados de una escribanía del ayuntamiento y 3200 ducados sobre el caudal del pósito
  • Don Gonzalo de Cáceres y Heredia, vecino de Segovia, 2267065 maravedíes (6045.5 ducados) para la exención y primera instancia del corregimiento de San Clemente.
  • Don Gabriel de Cárdenas, por el motivo anterior, 4275 ducados
  • Don Juan Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, por el motivo anterior, 8500 ducados.
  • Capitán Urriaga (o Yrárraga), estante en corte, por el motivo anterior, 500 ducados

La cosecha del verano se vio truncada por un otoño seco que impedía sembrar a los labradores, por lo que se hicieron rogativas a la virgen de la Caridad: por quanto la necesidad y falta de agua es notable y el tiempo va muy adelante y por la sequedad del tiempo no se siembra y en esta villa es cosa muy conocida la gran devoción en que los vecinos della ay con la santa ymagen de nuestra señora de la Caridad extramuros desta villa, conviene se traiga a la yglesia mayor della para que diciéndose misas y haciéndose otras devociones suplicando a nuestra señora se sirva de enviar sus rayos y misericordia.


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"se acostumbra a traer a esta villa una fiesta de toros que se corran en la dicha fiesta por onra de la que se hace en la fiesta de nuestra señora de la Caridad desta villa se acostumbra a dar de propios de esta villa para ayudar a ella y a comprarla y traerla mandaron librar y desde luego quedan librados en propios desta villa la qantidad que montaren y costaren de compra siete toros de muerte con su cabestraje para que se corran en la dicha fiesta"



ACTAS MUNICIPALES 1624

Sunday, February 2, 2025

Villarrobledo (1623)

 Villarrobledo recibió el año 1623 como una villa agotada. La vieja soberbia nacida del privilegio de exención jurisdiccional de San Clemente había dejado el paso a la complacencia con el corregidor Francisco Zúñiga, que visitaba la villa para tomar residencia a los oficios concejiles y al que se procuraba adornar y aderezar la casa donde debía posar. El corregidor iba, además, con un cometido especial: tomar las cuentas de los últimos diez años y revisar las de los diez anteriores. Una auditoría para saber qué había de causalidad en las inclemencias meteorológicas y qué de malversación de los caudales y graneros públicos. La llegada del corregidor se anuncia el nueve de enero, el veintidós de febrero sigue presente en Villarrobledo entre protestas de las villa, muy molesta, pues el corregidor se acompaña de un fiscal "forastero", iniciando numerosas causas ejecutivas y criminales, derivadas de la administración de los propios y del pósito. Las actuaciones del corregidor seguirán el nueve de junio. El problema de Villarrobledo es que había intentado convertirse en una gran villa, como mostraba el ensanche y nuevo urbanismo de su plaza, en un momento de crisis generalizada y de corrupción en el gobierno de la villa. Quizás, la visión optimista y engañosa en la que se quería vivir era la misma con la que la monarquía se intentaba engañar: el 30 de marzo se recibe una cédula en la que el nuevo rey, que recibe al príncipe de Gales, manifiesta su voluntad de estrechar lazos de amistad con Inglaterra. Dos años después, los ingleses atacan Cádiz. Sabedora de los nuevos nubarrones que se avecinaban, el rey ordenaba potenciar de nuevo la cría de caballos, muy menguada por echarse las yeguas al garañón. De hecho, se decía que las yeguas habían pasado de cuatrocientas a treinta en estas tierras. El programa dispuesto recogía la necesidad de concentrar yeguas en la ciudad de Alcaraz para echarlas al semental y controlar el preñado de las yeguas, pero también otras como revivir viejas obligaciones del fuero de Alcaraz, que imponía a los caballeros de sierra el mantenimiento de armas y dotarse de caballos para su oficio al menos nueve meses al año.

La importancia que había tenido Villarrobledo vendrá expresada por los procuradores villarrobletanos enviados a la corte, para defender los intereses de una villa arruinada:

porque la granxería principal de los dichos vecinos es la siembra de todo xénero de pan, que algunos años se an recogido de diezmos sesenta mill anegas, ordinariamente se suelen proveer de la dicha villa los Reinos de Murcia y Cuenca y en algunas ocasiones a proveido esta corte de más de veinte mill anegas de trigo 

La crisis agraria de Villarrobledo iba acompañada de crisis ganadera. Las quejas de los "grandes señores de ganados", como Juan Sánchez Munera o Alonso Ortiz, denunciaban la falta de espacios para ramonear el ganado. La causa del declinar del ganado se quería ver en la falta de pasto en el invierno, definidos como "rigor de los tiempos y grandes nieves". La solución dada era la facilidad para cortar ramas de los montes, siempre que no se tocaran los pies de los árboles.

Poco a poco, vamos conociendo sobre el terreno lo que se ha denominado la "pequeña edad de hielo". Un cambio del clima iniciado en la segunda mitad del siglo XVI y que se nos presenta como años de enorme sequía y esterilidad en las estaciones equinocciales, que debían ser de lluvias, acompañadas de inviernos muy fríos y tremendamente rigurosos.

Sin embargo, el año 1623, para el mes de mayo, ya esperaba una buena cosecha. De hecho, aunque se hacía uso de dos mil fanegas del trigo de pósito para pobres, como se había hecho uso del trigo del pósito mayor antes, se confiaba en un abaratamiento del trigo y del pan tras la cosecha venidera. Esta vez, el ayuntamiento villarrobletano protestará contra el corregidor de San Clemente, cuyas acciones ejecutivas contra los deudores, se decía, estaba dejando a los agricultores sin trigo para sembrar. Además, el corregidor exigirá su salario, 8290 mrs. a pagar en cada uno de los tres tercios anuales.

El principal agobio para Villarrobledo era el censo tomado de don Pablo de la Peña Carbajal, vecino de Toledo. Un total de 25000 ducados de principal, que la villa ya llevaba pagando 56 años; la finalidad era ampliar el término y jurisdicción de la villa. El año 1623, se le debían 30000 reales de réditos. El pago del censo había sido repartido entre las casas de los vecinos, pero ahora, respecto a ese reparto, que hemos de considerar del año 1567, faltaban ochocientos vecinos, si bien hemos de entender por tal concepto no el de familias, sino el de casas desaparecidas por la muerte o ausencia de sus dueños (es la primera vez que se nos da una cifra tan exacta, con fecha 25 de septiembre de 1623); hemos de considerar que ese año de 1567, Villarrobledo se movía entre los alrededor de los 1100 vecinos del censo del Escorial y los cerca de 1700 del censo de 1591, probablemente más cercana a esta última cifra, pero en cualquier caso, reflejando el cataclismo de la crisis de la década de 1610 a 1620 y la pérdida de población. Para comprender la presión fiscal que soportaban los vecinos, habría que tener en cuenta los censos tomados anteriormente, los veintidós mil ducados de la exención jurisdiccional de San Clemente, más otros menores que elevaban las deudas por préstamos a la villa a cerca de 55000 ducados, descontados los 4000 que había redimido unos años antes. Se puede decir que Villarrobledo murió de éxito, presa de la confianza que tenía en los excedentes de su trigo para pagar cualquier préstamo, pero no previó el cataclismo de la crisis de la década de 1610.

El año 1623 se acabará intentando racionalizar el gobierno de la villa, de los treinta y ocho regidores existentes se consumirán veinticinco para quedar trece nada más. Al mismo tiempo se crearán dos oficios de comisarios de millones. Las escribanías se reducirán a una del ayuntamiento y tres públicas entre quejas del ayuntamiento.

Las obligaciones contraídas por la villa venían recogidas así en su ayuntamiento de 6 diciembre de 1623, cuando se exigen nuevas contribuciones por el consumo de oficios concejiles:

aber servido esta villa a las magestades de los señores reyes antecesores con muchas cantidades de mrs. por merzedes que le an hecho e previlegios que le an dado y en espezial con veynte e quatro mill ducados por el villazgo y ampliación de su jurisdición que de presente está cargada y tiene a censo la mayor parte y no a por propios ni rentas bastantes para las paga de los réditos, que de presente debe de ellos más de treynta y ocho mill reales y por el título que se le dio de la escribanía pública y del ayuntamiento sirve con siete mill ducados que ansimesmo tomó a censo e que está la renta dellas para pagar los tributos de los censos que se tomaron para la dicha paga y ansimesmo por aber servido con veynte dos mill ducados por la merzed que se le hiço de dalles su primera instancia y otros más de tres mill ducados de costas y por los que se le causaren en el pleito con la contradición de la villa de San Clemente, los que dice ansimesmo tomó a censo y por aber ansimesmo servido con otros veinte mil (?) ducados por el título que se concedió de las rentas de la correduría y la almotacenía que ansimesmo tomó a censo, que de los adbitrios para la paga de lo uno y de lo otro se le dio no puede pagar los corridos de los dichos censos quanto más allegar por lo principal de manera que está muy alcançada y muy menesterosa y aunque de la hacienda del rey nuestro señor se le deben de principal veinte y siete mill reales con que socorrió a la compañía de hombres de armas del capitán don Gaspar de Guevara que aloxó su gente en esta villa los años años pasados

La hacienda real intentaba poner orden en unas haciendas municipales en bancarrota. Para finales de diciembre de 1623, el alcalde mayor del corregimiento, desde La Alberca, pide un informe de las tierras "rompidas" o adehesadas en los últimos cuarenta años.


 La iglesia de Lerma es beneficiaria de 800 ducados del beneficio curado de la iglesia de Villarrobledo.

Crianza de potros:

todos los señores de yeguas sean obligados a sacar de sus yeguas todos los potros que en ellas tuvieren que vayan para dos años y de aí arriba y en fin de febrero de cada un años tengan  traídos a las dehesas de los potros de suso que esta ciudad tiene de muy antiguo señalada para este efecto donde ayan de estar y estén los dichos potros sin volverlos a las dichas yeguas hasta en fin de mes de agosto porque se escusase el daño que suele suceder de cubrir los potros a las dichas yeguas de que la casta se daña y los potros quedan ruines y pequeños. 

La ordenanza aconsejará, finalmente, tener separados a los potros de las yeguas hasta San Lucas.


(ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO DE 1623)

Thursday, January 30, 2025

Villarrobledo (1622)

 La crisis de la década de 1610-1620, en Villarrobledo, tal como se reconoce en marzo de 1622, la padecen especialmente la gente pobre y de abajo " que es la más cantidad de vecinos de esta villa". La Corona tampoco ayudaba, pues muchos años antes, en 1608 y 1609, la villa había alojado una compañía de soldados de caballos de don Gaspar de Guevara, recibiendo un préstamo de 8500 reales que ahora se pedía fuera devuelto. Ahora, para más inri, la Corona pedía un registro de caballos y yeguas en la villa, para destinarla a la crianza de caballos para la guerra y detrayéndolos de la crianza de mulas para la agricultura y un alcalde entregador, radicado en Vara de Rey, condenaba a la villa en 39000 maravedíes*. A las calamidades, acompañó la especulación, aunque no de igual forma su persecución. Aunque este año de 1622 ya encontramos una causa criminal contra Juan Cantero Moragón. Sus prácticas nos son conocidas, como mayordomo del pósito había revendido trigo del pósito a altos precios, con una "mordida" de mil ducados. Por no haber, ese mes de septiembre no había ni cebada para las bestias de labor, mientras el trigo seguía en precios de 17 y 18 reales la fanega.

Las quejas de ese año no venían tanto por la falta de trigo, sino por la mala cosecha de cebada y centeno, que había dejado a los labradores sin simiente para el mes de diciembre, tal como se reconocía en ayuntamiento del día doce

es notoria la grande necesidad que padecen los labradores desta villa por la falta y esterilidad que ubo de cebada y centeno la cosecha del año mil seiscientos veinte y dos, ansí por aberse apedreado la mayor parte de la siembra desta villa como por la falta de agua que ubo el verano, respecto de lo que los dichos labradores no an podido sembrar la mayor parte de sus barbechos y están imposibilitados de poderlos sembrar ni menos sustentar las bestias de labor si no es fesnesciendolos con cebada y centeno de las rentas decimales. Se acabará echando mano de esas rentas decimales para garantiza la siembra

La mejor muestra de la necesidad existente en la villa es el intento de prohibir o restringir las limosnas el 26 de septiembre, pero esta vez a las cofradías existentes en la villa, mandando procurador a la iglesia de Toledo: "para que  ninguna de las cofradías desta villa ecepto el Santísimo Sacramento y la Vera Cruz y Soledad y el Nombre de Jesús y Nuestra Señora del Rosario y de la Caridad y Concepción y asimismo del Carmen y Ánimas del Purgatorio no puedan pedir limosna en esta villa, en las yglesias ni hermitas dellas esto pan ni vino ni dinero y por las calles ni lana ni otra cosa alguna, esto atento a la gran qantidad de cofradías que ay en esta villa e que las sustenten los cofrades". Es de notar, por no citarlas, la gran cantidad de cofradías existentes, al margen de las principales y cómo la caridad, acompañada de la necesidad, se estaba convirtiendo en un problema de orden. 


*Villarrobledo alegará que, al pertenecer al suelo de Alcaraz, por privilegios de esta villa no se pueden entrometer alcaldes entregadores en sus dehesas.

(ACTAS MUNICIPALES DEL AÑO 1622)

Monday, January 27, 2025

VILLARROBLEDO (1620-1621)

 Para el 19 de abril de 1620, Villarrobledo andaba buscando un clérigo para conjurar la langosta aovada en el pueblo. Para el 28 de mayo se reconoce la necesidad de sacar trigo del pósito para abastecer de pan a una población muy necesitada. No todo era "trigo limpio" en Villarrobledo. Las crisis de carestías eran ciertas pero la especulación en el comercio de granos permanecía oculta. Cuando el 11 de mayo llega un juez de residencia a examinar los libros de acuerdos y cuentas de los escribanos de la villa, la oposición del ayuntamiento será frontal y se negará a presentar los libros. Asuntos particulares, como el que hemos mencionado en otro lugar, el pleito en torno al censo de Alonso Muñoz de Oropesa y las tierras hipotecadas a dicho censo, privadas y del ayuntamiento, se convertía en nuevo motivo de discusión con la villa de San Clemente y su corregidor. El ayuntamiento había comprado tiempo atrás a Francisco Vázquez Carretero esas tierras en la dehesa de Calaverón.

Llegado el mes de julio se reconoce de nuevo una cosecha catastrófica, la plaga de langosta, lejos de ser erradicada, ha asolado los campos por la llegada de insectos de otros términos (Socuéllamos debió padecer en sobremanera esta plaga), las cosechas están perdidas y la villa no puede pagar sus deudas y rentas:

dixeron que la langosta que aovó en los términos de esta villa y la mucha cantidad que a venido de vuelo y aova en los dichos términos a destruido totalmente toda la siembra de trigo, cebada y centeno que abía este presente año sembrada de manera que no se puede coger pan ninguno y ello será la destruición e despoblación desta villa por estar los labradores e vecinos de ella muy alcaçados de los años de atrás de manera que no pueden acudir a las pagas a los repartimientos de las alcabalas e servicio e deudas particulares que deben e réditos de censos de que están cargadísimos

Las soluciones a la crisis eran muy limitadas. Entre ellas, el aprovechamiento de dos dehesas comunales, la de Berenguela y la de los Jarales, donde los villarrobletanos roturaban tierras y se enfrentaban a las acciones judiciales del corregidor de Alcaraz para evitarlo y, sobre todo, a los acotamientos y roturaciones que estaban haciendo los vecinos de Munera, y la petición de licencia para que en las dehesas propias de Calaverón y Bernagosa pudieran pastar quinientas cabras en cada una de ellas, em tanto que, caso de Calaverón, Alonso Muñoz de Oropesa pretendía propiedad sobre parte de las tierras por impago de censo. Pero Villarrobledo estaba dividido, ahora se seguía pleito ejecutivo contra Diego Muñoz de la Calera, ¡que acudía a la justicia del corregidor de San Clemente para que le diera la razón!

Mientras la villa se despoblaba, se veía obligada  por orden real a asentar cinco familias gitanas en el pueblo, en un intento más por acabar con la trashumancia de esta etnia. Las penurias de la villa no impedían que la villa siguiera divirtiéndose. El 8 de septiembre de ese año 1620 se decide celebrar la virgen de la Caridad por todo lo alto con una fiesta de toros, dando 16000 maravedíes para ayuda de la cofradía a organizar dicha celebración. Poco después está pidiendo al arzobispo de Toledo, en estos momentos el cardenal infante don Fernando trigo de las rentas decimales para que los labradores villarrobletanos puedan sembrar. El cuatro de noviembre se hace una misa solemne en San Blas, conde todos los oficiales del ayuntamiento formalizan voto y juramento ante la imagen de la Inmaculada en lo que queremos ver un gesto de desesperación.

Con el año nuevo de 1621, nuevas elecciones, pero esta vez intervenidas por el alcalde mayor de San Clemente, Quintano, presente en Villarrobledo con comisión real. Un año más, Villarrobledo pagará su salario al corregidor. Nuevos pagos obligados a los deudores, a los ya citados, añadir otros  como Juan López Palavesín por la correduría y almotacenía y el censo del capitán Francisco López Urazaga. El privilegio que otorgaba como propio la almotacenía y correduría a Villarrobledo fue un quebradero de cabeza más. La villa fue incapaz de pagarlo a la hacienda real y tuvo que soportar ejecutores que incrementaban la carga. Para 16 de febrero de 1521, decide tomar dinero a censo: un total de dos mil ducados, pero Villarrobledo no tiene ya quien le preste y andará buscando por Belmonte y San Clemente. El ir y venir de aquí para allá se repetía con los procuradores enviados a la corte y tribunales reales con la única finalidad de negociar los pagos de una villa que no podía más y a la que el servicio de millones había supuesto una losa demasiado pesada para sus vecinos pues afectaba a su consumo diario, mientras las obras de caridad se debían multiplicar para paliar la necesidad de los pobres. Para agravar la situación, la villa ve pasar una nueva compañía de soldados, la de Lope Sánchez, que exigirá carros y bagajes a la villa.

    El año se cerrará con una presentación del estado calamitoso de la villa

otrosi mandaron se escriba al conde de Barajas que de presente es señor de las alcabalas de esta villa que teniendo consideración a los malos años que an sobrevenido en esta Villarrobledo y casos fortuitos de langosta que le an comido sus sementeras e piedras que se an llevado los panes a los vecinos e malas cosechas que por favor del temporal a abido que a sido causa de que se ayan ido della la mitad de los vecinos desta villa de que a resultado quedar tan perdidos que no an podido pagar sus repartimientos  y alcabalas y maravedíes que dellas se deben e an debido y conllevado más de quatro mil ducados de salarios.

A pesar de todo, la villa trataba de quitarse deudas y a comienzos del año siguiente redimirá los 1100 reales que el convento del Santo Spiritu de Alcaraz tiene contra los propios.

ACTAS MUNICIPALES 1620-1621

Friday, January 24, 2025

VICENTE CARDUCHO EN LA VILLA DE SAN CLEMENTE

 La iglesia de Santiago Apóstol guardaba ciertas pinturas de valor. Entre la riqueza pictórica de la iglesia de Santiago Apóstol había dos cuadros de Vicente Carducci. Los cuadros nos vienen descritos por el viajero José Cornide en su paso por la villa el año 1801. Ambos cuadros estaban en la capilla de la familia de los Ayerbes, residentes en Madrid (con la que probablemente habían enlazado algunas de las familias de San Clemente -tal vez los Herreros-). La temática de los dos cuadros eran ambas escenas de la Magdalena. Son descritos así: "el uno representa a la Madalena ungiendo los pies al señor y el otro a la misma Santa en el desierto, como espantada de ver un horroroso dragón que simboliza el infierno; tienen mérito estas pinturas pero están llenos de polvo y mal cuidadas"*.

(*De esta información se hará eco también Pilar Montero en una próxima publicación)

Vicente Carducci (o Carducho) nació en Florencia hacia 1576 y falleció en Madrid en 1638. Fue pintor de mérito llegado, junto a su hermano Bartolomé para la decoración de El Escorial, pintor real hasta ser sustituido por Velázquez, realizó obras de tipo religioso en Valladolid, el Pardo, la cartuja del Paular y fue llamado para realizar dos obras para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro. Sobre la atribución de obras a Vicenzo Carducci, véase el "Diccionario" de Cean Bermúdez, 1800
No sabemos el momento en el que desaparecen las dos pinturas de la iglesia de Santiago de San Clemente.

 Abascal Palazón, Juan Manuel y 
  • Cebrián Fernández, Rosario 
  • Los viajes de José Cornide por España y Portugal de 1754 a 1801.  Real Academia de la Historia. 2009

    Relación entre los Herreros y los Ayerbes (información facilitada por Valentín Casco Fernández:

    Doña María Sorlozano y Herreros, descendiente de Miguel López de Perona Rosillo y Elvira Muñoz Cantero, casó con don Manuel de Ayerbe y Aragón, vecinos de Madrid. Esta María Sorlozano, fue poseedora de algunos vínculos de los Perona y de los Sánchez de Herreros
    En la imagen La visión de San Francisco de Asís, por Vicente Carducho, Museo de Bellas Artes de Budapest.
    No hay ninguna descripción de la foto disponible.

















     

    Thursday, January 23, 2025

    VILLARROBLEDO (1619)

     Por las actas de 1619, sabemos que Villarrobledo para completar los diez mil ducados, y una vez tomados a censo 8500 ducados del marqués de Cañete, la villa tomó otros 1500 ducados del capitán Francisco López de Vizcaya, que acabaron incorporándose al censo del marqués de Cañete. El año no se presentaba mejor que los pasados, pues la langosta había aovado en la cercana Torre Vejezate y se esperaba su llegada a los campos de Villarrobledo.

    El seis de marzo cae una gran nevada en Villarrobledo, a la que seguirá una helada que arruina los ganados y granjerías:

    por quanto de quatro días a esta parte a sobrevenido de día e de noche en toda esta jurisdicción tan grande tempestad e hartura de nieve que por la mayor parte está de la altura de un palmo e más e menos e ansimesmo sobre ella a caído e venido mucho yelo con grande frío de manera que los ganados e demás averíos que es el provecho e granjería de esta villa e se van muriendo y perezen sin podello remediar

    Tal era el desastre de la falta de hierbas que se pone a disposición libre de los vecinos los montes, pinares y dehesas para que pudiera ramonear el ganado las ramas y hojas de los árboles. La langosta era una amenaza, poblaciones no muy lejanas como Consuegra, Alcázar y Madridejos estaban "langostadas", por lo que se pide a los pueblos en un radio de veinte leguas que ayuden, a Villarrobledo que aporte cien mulas para arar los campos y acabar con las larvas. El ayuntamiento de Villarrobledo denunciará que la langosta ha llegado a su término, se calculan 4000 almudes afectados, que aunque llecos en muchos casos, y que deben ser arados con sesenta pares de mulas o más para acabar con la plaga. Siendo imposible echar mano de esas mulas. Se reconoce que después de ocho días de nieves y dos hielos, ahora que la tierra empieza a estar desnuda será preciso el labrantío de las tierras durante un mes. No creemos que Villarrobledo dijera toda la verdad, pero consiguió que su aportación a labrar las tierras de los pueblos vecinos se redujera a la mitad, cincuenta. La langosta, igual que afectó a varias villas manchegas como Alcázar, Villacañas, Tembleque o Lillo debió afectar muy marginalmente a Villarrobledo. Pero el alcance de la la plaga fue muy extenso en otras zonas como Andalucía por lo que la Corona prestó a los pueblos 32000 ducados para su erradicación y nombró jueces especiales para tal cometido, entre ellos el licenciado Francisco Salvatierra que llegó a estas tierras y pediría a Villarrobledo a finales de año 1700 reales en devolución del préstamo, pero Villarrobledo alegó que no había visto ni un real y que la matanza de la langosta la había hecho con su propio dinero.

    En ese estado de necesidad, el 23 de marzo, los cien soldados de la milicia de Villarrobledo son movilizados y se ordena se embarquen en Cartagena. No saldrán hasta el 27 de mayo, coincidiendo con la presencia del corregidor, ya en La Roda, se les hará llegar dos arrobas de pólvora, señal de la poca intención que tenían por salir de la villa. Los hombres no llegarán a embarcar, pues la obligación de defensa del Reino por entonces se limitaba a veinte leguas de la costa.

    Para abril de 1619, el corregidor de San Clemente Félix Vallejo Pantoja recibe comisión para tomar cuentas de los pósitos y los propios. De nuevo, los regidores villarrobletanos, amparándose en la primera instancia y el odio capital que dicen les profesa el corregidor y la villa de San Clemente, protestarán ante el Consejo Real. No perderán la oportunidad para presentar el estado de la villa, azotada por calamidades los últimos diez años: esta villa está alcançada e muy pobre mediante las grandes neze sidades que en ella y por raçón de las malas cosechas de pan e vino e ganados que es el principal trato e grangería  dellos como es notorio e particularmente yelo e piedra y langosta.  A pesar de la oposición, el corregidor estará en Villarrobledo el día 18 de mayo para llevar a cabo su comisión y, luego, en noviembre exigirá su salario a la villa y, finalmente, entre protestas de la villa, andará juzgando a dos vecinos d ela villa en diciembre. El 26 de julio de 1619, la villa reconoce que no puede pagar sus alcabalas al conde de Barajas. Nuevos acreedores aparecían, tal el genovés Juan Andrea Spínola, que exigía ser restituido por el medio general (bancarrota de las finanzas de la corona), al tiempo que la villa se quejaba del cura Blas Morales por llevar emolumentos excesivos en los entierros de los vecinos y de una mala administración del pósito de los pobres bajo su gestión. 

    La plaga de langosta es para el mes de septiembre motivo de gran preocupación en la villa. La langosta afectó aquel año a las tierras de Andalucía, Campo de Montiel y priorato de San Juan. Se nos dice que la langosta ha aovado hasta en las propias casas y su destrucción se teme se extienda de panes y viñas a los ganados. Pero Villarrobledo no quiere la intervención del corregidor de San Clemente (como tampoco de los corregidores de Chinchilla y Alcaraz), con orgullo dirá que es una villa de dos mil vecinos (las cifras son siempre motivo de duda) y que, aunque no en vino, su cosecha es mayor en pan que la villa de San Clemente. El problema de Villarrobledo es que opuesta a cualquier poder externo, se perdía en las rivalidades de su treintena larga de regidores perpetuos (a finales de diciembre el que compra una regiduría perpetua es Diego Muñoz de la Calera y Tébar), aunque su participación política se reducía a la mitad. Aun así, creemos que el año 1619 fue mejor que los anteriores y la fanega de trigo había bajado su precio a once o doce reales. El malestar en la villa viene ahora por otra impopular medida; desde comienzos de año se ha aprobado el nuevo servicio de dieciocho millones. A finales de año el ayuntamiento generaliza las sisas sobre vino, vinagre, aceite y carne para la recaudación del nuevo impuesto.


    ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO 1619

    SOBRE LA VIRGEN DE RUS

     La verdad es que sobre la Virgen de Rus y sus andares anteriores al siglo XVII se desconoce todo. Rus como población es anterior a San Clemente, su castillo aún lo vio, ya semiderruido, Hernando de Colón en 1517, y su ermita se mantuvo en pie con tanta continuidad en el tiempo como desconocimiento de la devoción religiosa en torno a la imagen de su interior. Rus era un lugar gran parte de año aislado, tal como nos dicen las visitas eclesiásticas, la zona permanecía embarrada y anegada en épocas de lluvias y en el invierno, permitiendo al cura de Villar de Cantos la celebración de oficios muy de vez en cuando.

    Son ralas las noticias de la devoción de la Virgen de Rus anteriores al 1600. Don Diego Torrente, a pie de página, habló de unas cuentas de Rus en 1528, a cargo del regidor comisario Miguel Muñoz. De este Miguel Muñoz tenemos su existencia constatada, pero de las cuentas don Diego no nos dejo referencia alguna donde poder localizarlas. La devoción a la Virgen de Rus aparece de nuevo en la década de 1540, esta vez junto a la celebración de santa Quiteria y otra vez la necesidad de ajustar cuentas por un concejo que tuvo que desprenderse de algunos maravedíes para ambas celebraciones. ¿Romerías como las presentes en esa época con intercambio de vírgenes? no lo creemos. Estas festividades se movían en las viejas tradiciones de las celebraciones extramuros de los pueblos que tenían mucho de solidaridad con los más desfavorecidos, pues se solía repartir pan para los pobres a costa del erario público.
    Luego se quieren ver noticias sueltas en torno a Rus y las cofradías existentes: la de la Concepción (que se confunde y es Nuestra Señora de Septiembre) o la Sangre de Cristo y el derecho que se arrogará después para llevar las andas de la Virgen. Pero la realidad es que tenemos más noticias de la Virgen del Remedio que de Rus. Gremios y cofradías llevaban el estandarte desde la iglesia de Santiago hasta la ermita del Remedio para la fiesta de la Virgen de Marzo. Vírgenes no han faltado en San Clemente, y más teniendo en cuenta la presencia franciscana en la villa, aunque no entenderemos cómo el franciscanismo renunció a su alegría, dejando presidir su altar mayor por una virgen del sufrimiento, pues qué es si no la Quinta Angustia que era el motivo central de su retablo. Tal vez, es este abandono de una virgen jovial y alegre la causa del éxito de la devoción de Rus. Ese querer engañarse de los sufrimientos de la vida y poder compartir comunitariamente la alegría en torno al rostro sonriente de una imagen.
    Pero si hablamos de abandonos, hay que decir que los sanclementinos "se dejaron arrebatar" la Virgen del Remedio. La ermita donde se ubicaba fue pronto lugar de reunión de los moriscos llegados al pueblo en 1571. El Remedio y el barrio del Duz era lugar donde nadie quería vivir, lugar de marginalidad, donde las viejas moriscas se contaban sus confidencias, y lugar peligroso por las avenidas del río Rus. Sería su ermita el lugar elegido para almacenar los cuerpos dolientes de los apestados moriscos el año 1600, apartados de los otros tres hospitales que recogieron al resto de enfermos. Por cierto, no se debió portar mal la Virgen del Remedio con los moriscos, pues los padrones nos dicen que su mortalidad durante la peste fue inferior al resto de la población. O eso o tenían más higiene.
    Con envidia debió ver el resto de la población sanclementina que "esos perros moros" y "malos cristianos" (así los llamaba el doctor Tébar) sortearan el mal. Acusando al que escribe estas líneas del dicho "de fabula narratur" en lo que voy a decir, puede plantear este autor que una población agobiada, martilleada por el discurso de ser hombres antiguos de la tierra, honrados y cristianos viejos, viera en la imagen de Rus aquello a lo que había renunciado en su propio pueblo. Rus era la Virgen milagrera, remediadora de todo mal y, entre tanto abandono de la fe y de identidades (véanse los múltiples procesos inquisitoriales y la irreverencia de las élites sanclementinas en la segunda mitad del Quinientos), la única esperanza para un pueblo desesperado. La fe que faltaba en la villa se buscó en esa otra que supieron mantener los labradores de Villar de Cantos, Perona o Rus. Serían ellos los que verían arrebatada su Virgen ese año de 1600, "raptada" por los sanclementinos y llevada al pueblo para salvarlos de la peste. No lo olvidemos, Sancho diría el célebre "voto a Rus", pero alguien se ha parado a pensar en esta expresión, aparte de juramento. La tradición del voto o promesa está muy presente en toda la Mancha, muy ligada a epidemias pestíferas y las promesas de unos habitantes aterrorizados que hacen voto o promesa a la Virgen si los salva del mal. Uno de los votos más corrientes es dar comida o cobijo a los pobres en determinada fecha para agradecer la intercesión mariana. Tal vez, ese voto ya se pronunciara en 1348, cuando Rus desaparece como entidad poblada, siendo absorbido por San Clemente 39 años después. La nueva villa se quedó con los vecinos (sus ancestros, de hecho), la espiritualidad de Rus y viejas tradiciones de caridad a pobres y enfermos.
    El afianzamiento del culto y devoción a la Virgen de Rus coincide en el tiempo con disputas de principales en el pueblo, Pachecos y Ortegas, rivales en el afán por dominar la vida de San Clemente. La vida política y la vida espiritual. Basta con ver los escudos de armas en el altar de Rus, patronazgos y tradiciones propias de maestranzas para rescatar ese "carácter nobiliario" de la devoción de Rus, pero no olvidemos que la Virgen de Rus se ha impuesto por el "apoyo" popular, que es devoción: la Virgen que se rapta, la Virgen que se esconde en convento de carmelitas, como antaño en Santa Ana, donde yacían apestados, vivos y muertos, la Virgen de los ágapes comunitarios y la Virgen que se intercambia por esa otra del Remedio.

    Tuesday, January 21, 2025

    Villarrobledo (1617-1618)

     El año 1617 vino con la noticia de que la villa debía pagar los diez mil ducados, a añadir a los primeros 12000, para confirmar en sobrecarta el privilegio de exención jurisdiccional y primera instancia del corregimiento de San Clemente. Para Villarrobledo eso fue una derrota, de hecho se emplea la palabra condena. La villa tuvo que hacer frente a un nuevo pago; en concejo abierto de 26 de mayo de 1617 se decidió tomar a censo los ocho mil quinientos ducados que faltaban para el pago de los diez mil y redondear a nueve mil ducados, pues el coste de obtener la sobrecarta de confirmación del privilegio suponía otros quinientos. acabado el pleito, Diego Muñoz de la Calera vuelve a Villarrobledo para ser elegido uno de los dos alcaldes el año 1617. Su presencia se notará en las cortapisas que pondrá al corregidor de San Clemente para evitar que entienda en materia de propios, pósito y montes. La confirmación de la primera instancia y el hacer frente al nuevo préstamo del conde de Cañete supuso para los villarrobletanos que se establecieran nuevas sisas sobre los cuatro productos que ya estaban gravados para el pago de millones: vino, vinagre, carne y pescado. El trigo vendido a los vecinos para panadear alcanzaba casi los veinticinco reales la fanega.

    De nuevo en junio de 1617 se habla de que se han apedreado las cosechas de labradores de la villa, por lo que se hace preciso comprar mil fanegas para el pósito y, otra vez, se pide trigo al arzobispo de Toledo. A comienzos de julio se reconoce que la cosecha va a ser poca. El veinte de julio se es más explícito: atento que en la villa los frutos deste presente años an sido mui estériles que está a punto de despoblarse. Se decidirá registrar el grano de la rentas decimales para hacer uso de ellas: era la primera vez que, obviando al obispo de Toledo, la villa acude a los granos de las rentas decimales del las parroquias de San Blas, Madre de Dios, San Francisco y San Sebastián. La iglesia de Toledo rechazará la fianza que el concejo villarrobletano dé por estos granos. 

    En noviembre de 1617, la villa debe dar alojamiento a tres compañías de soldados de paso por la villa, para evitar alboroto, algunos de ellos serán encarcelados durante su estancia. A final de mes, el día 26, la villa protesta, pues otra compañía de 250 infantes  al mando del capitán Pedro Motezuma hace presencia en la villa. Esta vez, se decide darle 250 reales para que marchen cuanto antes y abandonen la villa. Mientras la villa sigue con sus problemas para pagar las alcabalas del conde de Barajas. El conde Diego Zapata había comprado en 1611 las alcabalas y tercias de Villarrobledo por quince millones y medio de maravedíes pero mal que recibía los 800000 maravedíes anuales que debía pagar Villarrobledo. Ahora, en 1618 y después de los años de esterilidad de 1616 y 1617, la villa es incapaz de pagar al conde de Barajas. Los diferentes ramos de la alcabala se habían arrendado a recaudadores que habían entrado en quiebra por el cese de los tratos comerciales. La solución dejar el pósito más flaco, sacando doce mil reales de su caudal para pagar al conde de Barajas. Mil quinientos reales, sacados de los propios, para pagar los réditos del censo de Pablo de la Peña y evitar los costes del ejecutor enviado para el cobro. Para que nos hagamos, una idea el ejecutor del conde de Barajas y el ejecutor de don Pablo Peña costaron a la villa 36000 mrs., o sea, más de 1000 reales equivalentes a cerca de 100 ducados.

    El año 1618 empezó con la rutina de otros años: la necesidad de tomar a censo del marqués de Cañete un nuevo préstamo. 8500 ducados,  y la necesidad de ordenar sus pósitos, tanto el de la villa como ese otro de pobres, que había sido fundado por Francisco Pacheco y cuya administración había llevado mucho tiempo el cura licenciado Sanvicente, que ahora abandonaba la villa. Al mismo tiempo se intentaba ordenar la venta de pan, restringida a los panaderos de la villa y limitada a 97 libras de pan por cada fanega de trigo entregada, a ocho maravedíes la libra. En el pósito de la villa, en ese momento había setecientas fanegas de trigo, pero el problema era que bastante de ese trigo era viejo, de cuatro o cinco años, guardado en el alhorí por miedo a quedarse sin existencias en época de necesidad.

    El 22 de febrero de 1618, Villarrobledo ve el paso de una compañía de soldados, doscientos infantes al mando del capitán Pedro de Santamaría:

    y esta villa sirviendo a su majestad para el avío de la dicha compañía quatro carros con los pares de mulas y los bagaxes que el dicho capitán e sus oficiales pidieron con que salieron acomodados par hacer la dicha jornada y abiendo salido desta villa por el camino el dicho capitán e soldados de la aldea de Pedro Gómez Ortiz un par de mulas de labor con su carro y de la aldea de Diego la Parra Gutiérrez otra mula de labor que tenía y las llevaron maltratándolas a la villa de Barrax y en otras aldeas del dicho camino rompieron algunas puertas y se llevaron aves y se hicieron otros malos tratamientos y desde la ducha villa de Barrax hicieron pasar en adelante a algunas de las mulas con sus carros y otras encerró y los bagaxes que llevaban y el dicho capitán públicamente decía que haría mal de no llevarlas hasta Cartagena

    Es la segunda compañía de la cuatro que ha de soportar Villarrobledo ese mes de febrero, previamente había llegado una compañía de Martín de Porras y, tras la compañía de Pedro de Santamaría, llegarán las del capitán Valdivia y la del capitán TomCarlos. No debía haber mucha voluntariedad en los reclutamientos de esa época, pues los soldados venían presos y llegados a Villarrobledo, fueron encerrados en las carnicerías de la villa. A finales de junio, la que se moviliza es la milicia de cien soldados que tiene la villa al mando del capitán Muñoz de la Calera, que ha de personarse con los soldados en el puerto de Cartagena.

    La cosecha de 1618 fue de nuevo mala, a la consabida esterilidad de los tiempos, se unió la aparición de la langosta ese año. El panorama de la villa en un concejo de 13 de agosto de ese año era desolador, la villa había perdido mil vecinos, cifra exagerada, pero síntoma de la desgracia vivida: esta villa está perdida e alcanzada mediante la esterilidad de los años y faltar el pan que en ella avía a cuia causa se an ido della más de mill vecinos, que su magestad le haga merced de bajar el repartimiento que a esta villa se la hicieron para la paga de los millones con que el reino sirve a su magestad por estar por las dichas causas muy cargada

    A pesar de su independencia jurisdiccional, Villarrobledo tampoco se libraba de la intervención del corregidor que a la altura del mes de septiembre intervenía en los asuntos internos de la villa, como eran los repartimientos entre vecinos para pagar los censos tomados por la jurisdicción. La presión también venía de Alcaraz, de esta ciudad dependía fiscalmente todavía en las llamadas rentas del Reino, entre las que destacaba el servicio de millones: a Villarrobledo se le pedían cuentas de los años 1612 a 1618 por los diputados de millones de Alcaraz.

    Para entender la situación financiera, caótica y ruinosa, de la hacienda municipal villarrobletana basta ver las decisiones de 26 de noviembre de 1618. En 1616, se había decidido sacar del caudal del pósito diez mil reales para pago de las alcabalas del conde de Barajas, cantidad que se había de restituir con la cosecha de ese año, pero, como ya sabemos, el año fue estéril y la cosecha apedreada. Para noviembre de 1618 todavía se le debían al pósito 896 reales y se debían sacar del pósito otros doce mil reales para pago del dicho conde. Para reponer el caudal del dicho pósito se ordenó entregar a su mayordomo 1074 fanegas y 8 celemines, a 12 reales la fanega. El trigo se había de pagar de aquel que tenían en poder los diversos recaudadores de rentas, pero evidentemente a costa de no pagar las tercias y alcabalas de ese año al conde de Barajas y garantizar de ese modo la siembra de los labradores. Si bien, las prisas por arreglar las cuentas del pósito venían por la pronta llegada del corregidor de San  Clemente Félix Vallejo Pantoja a tomar residencia a los oficiales del concejo villarrobletano. No había la misma voluntad por arreglar las cuentas del capitán Diego Muñoz de la Calera, cuyos gastos como procurador y como capitán de la milicia eran motivo de litigio en la Chancillería de Granada.

    Villarrobledo tenía cierta confusión administrativa, heredada de su pasado. Fiscalmente, dependía de Alcaraz, pero tras la venta de la rentas reales, respondía ante el conde de Barajas, si bien en lo tocante a las rentas del Reino (servicios ordinario y extraordinario y millones) la cabeza de rentas seguía siendo Alcaraz; eclesiásticamente, dependía de Toledo, a quien pagaba la rentas decimales; políticamente, dependía del corregimiento de San Clemente, cuyo corregidor veía limitada su actuación a las apelaciones y a residencias y comisiones de no más de diez días, pero cuyo papel se verá reforzado en el futuro por las exigencias militares de la corona. Por último, la villa era dueña y señora para administrar su gobierno local y dueña de la jurisdicción de la primera instancia civil y criminal, pero las reuniones de sus ayuntamientos eran un continuo despacho de libranzas para pago de salarios a oficios menores, ejecutores, procuradores o censatarios, cuando no a las compañías de soldados que se veía obligada a alojar.




    30 de diciembre de 1617, Juan Muñoz de la Calera sustituye a su hermano el capitán Diego Muñoz de la Calera como alcalde ordinario. No se llevaría a efecto por la oposición del ayuntamiento.


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    ya a comienzos del siglo XVII, y en Villarrobledo, se confiaba que Dios guiara la acción de los gobernantes, antes de ser elegidos... quizás estaban escaldados por tanto yerro:
    "por quanto mañana martes uno de henero comienço del año de mil seyscientos diez y nueve años se hacen elecciones de los oficios de justicia en esta villa e para que todo vaia guiado por mano de Dios nuestro señor se decreptó se diga una misa al Espíritu Santo"

    ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO 1617-1618

    Friday, January 17, 2025

    VILLARROBLEDO (1616)

    Los dos primeros meses de 1616, y al igual que todos los años, el concejo villarrobletano se dedicó a la elección de sus oficios concejiles y, sobre todo, a pagar los numerosos salarios y deudas del conde de Barajas, propietario de las rentas reales, y de los censatarios. No debía andar muy boyante la villa, pues si en un principio se pensó en hacer un repartimiento de 30000 reales entre los vecinos para pagar al conde de Barajas, luego se decidió en la ya usual medida de echar mano de las tercias reales.

    El caso es que llegado el mes de abril, la villa de Villarrobledo había incumplido el compromiso y concierto anterior del mes de noviembre de proveer con 7500 fanegas de trigo a la villa de Madrid. Nuevo requerimiento del corregidor de San Clemente y nuevas excusas de la villa, que son simple reconocimiento del estado calamitoso de la villa y que parte de esas 7500 fanegas han ido a aliviar las necesidades de los labradores y vecinos de Villarrobledo. La villa no ha superado la crisis y malas cosechas de años anteriores y es incapaz de cumplir con los acreedores, conde de Barajas y Pablo de la Peña, a los que debe los dos tercios de las rentas del último año. El corregidor, para el nueve de mayo, ya habla de requisar y conducir el trigo adeudado a Madrid, a la vez que el ayuntamiento reconoce su incapacidad para pagar a porteros, chirimías y a los frailes de San Francisco, que asumen los estudios de gramática. A los incumplimientos de compromisos de rentas y censos, se unen ahora otros por la compra años atrás de la correduría y almotacenía. La villa empieza a acumular jueces de comisión y ejecutores, mientras que la figura del mediador en Madrid, Diego Muñoz de la Calera se apaga y su compañero Andrés Romero no tiene la capacidad de negociación de su paisano. El 26 de mayo el ayuntamiento cede y se compromete a dar el trigo a Madrid, pero el día cinco de junio todavía se ve obligado a hacer un repartimiento entre los vecinos para que aporten del trigo, pues no tiene de donde sacarlo, ya sea pósito, tercios o tazmías. En junio, un nuevo mandamiento del corregidor de San Clemente habla de engaño de los villarrobletanos, que han dado un trigo de mala calidad a la corte. La realidad es que Villarrobledo compra trigo para surtir su pósito y alimentar a sus vecinos.

    Entretanto, Villarrobledo seguía incursa en el pleito por el privilegio de primera instancia. Lo que era en otras villas cuestión menor, pues el corregidor intervenía por comisión o directamente sin ella en los asuntos de las villas, en Villarrobledo era oposición firma a la intervención del corregidor de San Clemente, en especial, en lo que era el tema nodal: el control del trigo. Aunque las comisiones del corregidor se habían limitado a diez días, los villarrobletanos evitaban su presencia en la villa. Desde San Clemente, se decía que el desgajamiento de hecho de Villarrobledo del partido era causa de inviabilidad por ser la mayor población y que el corregimiento quedaría aniquilado, pues calculaba la desgajamiento de Villarrobledo del corregimiento en ochenta mil ducados; desde Villarrobledo, su concejo seguía en sus trece, aun a costa de arruinar a la villa: el privilegio había costado doce mil ducados, pero es que la obtención de una sobrecarta de confirmación había supuesto otros diez mil ducados. Esos diez mil ducados fueron vistos por Villarrobledo como un castigo, al igual que fue visto desde San Clemente, pero su corregidor pedía una condena de 80000 ducados.

    Lo peor de todo es que las malas cosechas se sucedían año tras año y 1616 se presentaba como uno de los peores, en Villarrobledo y en todo el Reino de Toledo: la esterilidad de este año es una de la mayores que se a visto porque en esta villa munchos de los labradores del pan que an sembrado no cojen los diezmos que otros años e munchos no cojen cosa alguna... se espera uno de los años que jamás se aia visto, porque no ai de donde traer trigo si no es por muy excesivos y caros prescios

    ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO 1616

    Thursday, January 16, 2025

    Villarrobledo (1614-1615)

     El año 1614, amaneció con los viejos problemas de antaño. Villarrobledo acusaba a los sanclementinos de haberse internado en la pasada nochebuena en la dehesa de Calaverón y haber cortado más de dos mil carrascas. Por odio y enemistad se decía. No era algo nuevo; es más, las acusaciones eran mutuas, acusando un año antes los sanclementinos a los villarrobletanos de haber talado diez mil carrascas. La intrusión de nochebuena ya había sido violenta con amenazas de cinco vecinos de San Clemente, armados con escopetas, pero el día 30 de diciembre, se hablaba de asalto armado: doscientos vecinos armados se habían dedicado a talar las carrascas, atacando a pedradas a un guarda villarrobletano, al que estuvieron a punto de matar.

    Aunque los problemas de Villarrobledo tenían que ver con sus deudas y la escasez de grano. Así, cuando a comienzos de 1614 se deciden pagar las alcabalas del conde de Barajas con grano, llamado como tasador Ginés de Vala de Rey (que ya firma como Vara de Rey), reconoce que la fanega de trigo vale ya 17 reales, siete más que el año anterior. La escasez de grano iba acompañada de las viejas deudas, y algo que hemos pasado por alto, la paga de salarios. No solo de los oficios necesarios para la administración de la villa, sino para el pago de sus procuradores. Villarrobledo tenía dos procuradores en al corte: Diego Muñoz de la Calera y Rodrigo de Llerena, pero si el primero se llevaba doscientos ducados por sus gestiones el año 1613, el segundo se llevaba 40. Si bien, cuando se hagan las cuentas, Diego Muñoz de la Calera pedirá 435 ducados.

    El nueve de junio nos aparece un contencioso que nos puede parecer insignificante y es el contencioso surgido en torno a la plantación de una viña. El regidor Bartolomé Gallego de Jávega había obtenido del ayuntamiento licencia para plantar una viña en una haza y monte que debió rozar. Un total de tres fanegas al menos. El caso es que fue denunciado por Andrés de Fontidueña por haberse excedido de la tierra asignada para viñedo. Nuevas licencias se darán en la primavera de 1615. Es un hecho aislado, pero que muestra la deriva de la villa del cereal al viñedo.

    Se buscaban nuevas oportunidades en sustitución del trigo. A finales de junio de 1614, Villarrobledo debe comprar trigo para alimentar a su población y reglamentar la producción de pan y venta del mismo en la lonja de la plaza mayor. Para julio se deben de panadear doscientos fanegas del pósito para dar de comer a pobres. Unos días después se deciden matar borregos para dar de comer a los segadores y, por fin, se piden dos mil fanegas de trigo a Villanueva de los Infantes para alimentar a la población en los próximos cuatro meses, pues viene otro año de esterilidad. Villarrobledo, el granero de la corte, está dispuesto a pagar 18 reales por fanega de entrada, en lo que, dados los precios al alza, considera un precio cómodo. Un vecino de Infantes vendería el trigo, Fernando Ballesteros Saavedra, coincidiendo con la raquítica cosecha de trigo en Villarrobledo. Un total de 1589 fanegas, las otras 411 se intentan conseguir en la mesa maestral del Campo Montiel, que llega a ofrecer mil fanegas para entregar 439. Además, Villarrobledo tiene embargado el trigo de las tazmías de la iglesia de Toledo, que para el dos de diciembre pide la restitución de ese trigo. El destino del trigo no es la siembra, sino pan cocido para alimentar a la población. El uno de octubre, el pan que se ha reservado para la siembra en el pósito, ha de ser panadeado en 500 fanegas para alimentar a la población. Mientras que los villarrobletanos padecen necesidad, el viejo enfrentamiento con San Clemente continúa, pero sin la violencia de antaño y, ahora, sin discutirse la autoridad del corregidor, más allá del mantenimiento de los pleitos. Figuras principales de la villa han dejado sus puestos, así el alférez Sebastián de Losa o el alguacil mayor don Fernando Pacheco, que está levantando una compañía de infantes en el Reino de León.  No obstante, el intento del alcalde mayor por inmiscuirse en el mantenimiento como alguacil de Fernando Pacheco fue contestado por la villa

    La situación de la villa es desesperada a finales del año 1614, como se hará saber al arzobispo de Toledo, pidiéndole trigo de sus tazmías: por causa de averse apedreado los panes de esta dicha villa de Villarrobledo los años pasados de mil seyscientos y doce y onze y la mala cosecha y esteril que ubo este presente año de seys cientos catorze están los vecinos y labradores pobres y alcanzados de tal manera que para aver de sembrar los barbechos que tenían se quedarían sin la congrúa sustentazión de sus casas y familias y para que los susodichos se remediasen y pasasen sin empeñarse ni vender sus haziendas se acordó de enviar a el Ylustrísimo de Toledo se sirviese de dar y repartir a los dichos labradores el pan que les perteneszía en sus rentas dezimales desta dicha villa del fruto deste presente año seyscientos catorze. Finalmente, Villarrobledo recibe 300 fanegas de la iglesia, obligándose a pagar 5400 reales, a 18 reales la fanega. Si bien embargará el resto de fanegas por si fueran necesarias; el embargo se alzará a comienzos de 1615. Tal desembargo no manifestaba una villa satisfecha de pan, sino la dificultad de comprar el trigo a esos precios, por eso, dada la necesidad en febrero de 1615 se decide comprar 4000 fanegas de trigo al mejor postor y pedir licencia a su majestad para la libre venta de pan en Villarrobledo.

    Las decisiones del concejo de Villarrobledo tampoco ayudaban a aliviar la situación. Agobiado por los pagos de los réditos de los censos contraídos. La villa contaba desde 6 noviembre de 1610 de licencia para destinar hasta 8000 ducados del pósito para destinarlos a redimir censos vinculados al privilegio de la primera instancia. Pero el pósito dispone en ese momento únicamente de 4000 ducados. Si bien en un principio se piensa en redimir el censo de Gonzalo de Cáceres y Heredia, vecino de Segovia, al final se opta por redimir el censo de Catalina Cernúscalo, viuda de Miguel Vázquez, vecinos de Puertollano y Madrid.

    En el mes de julio, la villa está falta de trigo, se manda hasta Villanueva de los Infantes varios procuradores para comprarlo, pero los precios son excesivos, por lo que se decide llenar el pósito con el trigo que acumulan algunos vecinos de Villarrobledo, pero limitando su precio a 15 reales la fanega. Sí parece claro que la cosecha de 1615 fue mejor, o al menos no tan mala como el año anterior, pues el corregidor de San Clemente fue cometido para sacar todo el grano posible para la corte. El nuevo corregidor era Félix Vallejo Pantoja, que había sustituido en agosto a Andrés Frías. Villarrobledo recusaría al corregidor de San Clemente y mandaría a Madrid a Diego Muñoz de la Calera y luego a Andrés Romero, condicionando cualquier acuerdo de venta a un máximo de dos mil fanegas y pago al contado. El Consejo Real mandará a Félix de Vallejo Pantoja, corregidor de San Clemente, con la determinación de sacar veinte mil fanegas de trigo, ante una villa que protesta y que nos dice que solo puede sembrar la cuarta parte de sus barbechos. La producción ese año había sido de ochenta mil fanegas; los labradores se habían visto obligados a vender parte de la cosecha en las mismas eras para pagar sus deudas. Félix Vallejo había inspeccionado casas y heredades de los vecinos de Villarrobledo y no había podido hallar más de 18000 fanegas, por lo que para las autoridades locales vender incluso las dos mil fanegas era arruinar a los labradores para la próxima sementera. La realidad sería que Villarrobledo ofreció para alimentar a la corte y a la villa de Madrid site mil quinientas fanegas de trigo a pagar al contado. A finales de noviembre se venderían al precio de 17 reales la fanega, y leuego ya a 18 reales. Los villarrobletanos, ante todo, no querían que el corregidor se metiera en sus asuntos y estaban dispuestos a llevar ellos mismos el trigo a Madrid. De hecho, las últimas condiciones habían sido firmada en la corte el 24 de octubre sin tener en cuenta a corregidor.


    RELACIÓN DE HIDALGOS EN VILLARROBLEDO EL 10 DE AGOSTO DEL AÑO 1615

    1. Jerónimo Pacheco
    2. Fernando de Gabaldón
    3. don Francisco de Hermosa
    4. El capitán Francisco de Montoya
    5. Pedro de Montoya Vizcarra
    6. Los hijos de Cristóbal de Montoya y doña María su madre
    7. La casa de los Ruedas
    8. Pedro Alonso Palacios y su hermano
    9. Diego de Montoya Grimaldos
    10. Juana de Montoya, hija de licenciado de Montoya viuda
    11. Pedro de Alarcón Rosillo
    12. Don Francisco de Cuéllar
    13. Don Juan Ferrer de la Osa
    14. El capitán Diego Muñoz de la Calera
    15. Juan Muñoz su hermano
    16. Pablo de Buedo
    17. Alonso Pérez de Ávila
    18. El licenciado Pérez de Ávila
    19. Juan Rosillo Alarcón
    20. Alonso de la Torre y sus hijos
    21. Diego de Montoya
    22. Antonio Moreno Palacios
    23. Pedro de Urreta Lezcano
    24. Francisco Cano de Buedo
    25. Inés de Montoya su hermana
    26. Francisco Ruiz de Espinosa y sus hijos
    27. Los hijos de Diego de Ortega
    28. ...
    29. Juana de Montoya
    30. La Mercedes, viuda de Pedro de Montoya Jara
    31. Inés de Montoya
    32. Catalina de Aguilar
    33. Catalina...
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    Los frailes reciben 30000 mrs. de salario por enseñar gramática.

    ACTAS MUNICIPALES DE VILLARROBLEDO 1614-1615