EL FONDO DOCUMENTAL DE LA SUPERINTENDENCIA DE RENTAS REALES
DEL MARQUESADO DE VILLENA EN EL ARCHIVO MUNICIPAL DE SAN
CLEMENTE (1)
La documentación generada por la Superintendencia General de rentas reales del Marquesado de Villena se reduce hoy a 18 cajas conservadas en el Archivo Municipal de San Clemente. Los testimonios que nos han llegado, a través de diversos inventarios insertos en los entregos de papeles y libros de dicha Superintendencia, nos hacen suponer que la documentación conservada no debe representar sino una ínfima parte de la producida en su momento.
Si nos atenemos al principio de procedencia, hay razones para pensar que la documentación hoy conservada debería ser mayor en el pasado, pues el corregidor de San Clemente siempre asumió la función de juez mero ejecutor para la cobranza de rentas reales y, en numerosas ocasiones, la de superintendente general de rentas reales.
Además tenemos constancia que, a falta de una residencia fija, el corregidor celebraba sus audiencias en el edificio del ayuntamiento de San Clemente. No obstante, el principio de procedencia nos dará las pautas obligatorias para la clasificación del fondo documental, pero no las razones por las que nos ha llegado tan fragmentada ni su ordenación primitiva, heredada en el momento presente. Ese orden original primitivo de los documentos dependió siempre del escribano que los guardó en su oficio. En nuestro caso, son varios los escribanos que entendieron en los asuntos de rentas reales y conservaron su documentación. Desde 1606 a 1648, el escribano de rentas reales del Marquesado de Villena debió tener exclusividad en autos tocantes a rentas
reales, pero nunca ejerció personalmente su oficio, delegando en algunos de los escribanos de las villas del Marquesado de Villena, que a su vez subdelegaba en otros.
Parece que a partir de 1632 dicha delegación se hizo en escribanos de San Clemente (2), y en la medida que estos ejercieron la escribanía del ayuntamiento de esta villa junto a la de rentas, la documentación fiscal se ha conservado. No obstante, el estado en que encontramos los fondos del Archivo Municipal de San Clemente nos hace pensar que estos escribanos no reflejaron la diferenciación de funciones concejiles y fiscales en una clara separación de los fondos del ayuntamiento y de la administración de rentas. Además, la existencia de escribanos de rentas reales locales, como el de Villanueva de la Jara, conducía a aumenta la fragmentación de un ya disperso fondo documental.
Desde 1648, cada superintendencia tenía facultad para nombrar un escribano propio ante quien pasaran los autos de su comisión con inhibición del resto de escribanos de rentas reales. No obstante la realidad distaba de corresponderse con este hecho y, aunque parece que la mayor parte de la documentación estaba en posesión de los escribanos de la comisión de los superintendentes (3). El escribano de rentas reales, los escribanos de rentas reales locales e incluso los escribanos del número y concejo de las villas entendieron en la redacción de los autos tocantes a rentas. Así, hoy en día, la diseminación de los fondos documentales generados por la superintendencia es absoluta, cuando no se ha producido el hecho lamentable de su desaparición. Esta desaparición es especialmente señalada en los papeles y libros guardados por los escribanos de la comisión de los superintendentes, que obligatoriamente entregaban a sus sucesores. Cuando a partir de 1660 los escribanos del ayuntamiento de San Clemente dejaron de ser nombrados para dichas comisiones y entregaron sus papeles a sus sucesores, la documentación fue transferida definitivamente del AMSC, quedándonos hoy los papeles sueltos que el escribano Juan Sevillano tenía mezclados con los fondos municipales del periodo 1650-1660 y no integrados en los fondos documentales de la Superintendencia de rentas.
El conocimiento de las escribanías nos da una parte de las razones de la desaparición de los papeles y libros. Otra parte es consecuencia dela nefasta acción de los hombres y, sobre todo, de la actitud de desprecio de los gestores municipales hacia sus archivos. En el caso de San Clemente, la venta de 1000 Kg. de su archivo en el año 1938 mermó los fondos documentales custodiados, entre los cuales no debieron faltar parte de los papeles de la Superintendencia de rentas reales del Marquesado de Villena (4).
A pesar de todo, la documentación superviviente tiene, en términos archivísticos, un valor secundario de gran importancia, especialmente de carácter testimonial, por ser fuente de conocimiento de unas instituciones prácticamente desconocidas: las Superintendencias de rentas reales y, en general de la organización de la Hacienda del seiscientos.
(1) Este trabajo es parte de un apéndice a otro publicado en 1996. ROSA FERRER, I. de la: “La superintendencia general de rentas reales del Marquesado de Villena”. La investigación y las fuentes documentales de los archivos. Anabad, Castilla-La Mancha. 1996. pp 685-709
(2)No siempre fue así. En ocasiones, como en le periodo 1635-1637, la tenencia de la escribanía de rentas reales recayó en el escribano de Iniesta Pedro de las Casas
(3) Así lo atestiguan los entregos de documentación de los escribanos de la Superintendencia a sus sucesores, cuyos inventarios insertos nos relacionan toda la documentación transferida. Véase AMSC. CORREGIMIENTO. Leg. 106/64-70
(4) También se da cuenta por la presidencia de una comunicación para que todo el papel antiguo sobrante en el archivo municipal sea entregado al representante de la fábrica Layana en Valencia, incautada por el Estado, y ordenado por el Excelentísimo Señor Gobernador de la Provincia, el consejo municipal por unanimidad acuerda: sea entregado todo el papel inservible existente en el archivo y previo pago de 300 ptas. los mil kilogramos” (AMSC. FONDOS MODERNOS.. Acta municipal de 12 de agosto de 1938)
DEL MARQUESADO DE VILLENA EN EL ARCHIVO MUNICIPAL DE SAN
CLEMENTE (1)
La documentación generada por la Superintendencia General de rentas reales del Marquesado de Villena se reduce hoy a 18 cajas conservadas en el Archivo Municipal de San Clemente. Los testimonios que nos han llegado, a través de diversos inventarios insertos en los entregos de papeles y libros de dicha Superintendencia, nos hacen suponer que la documentación conservada no debe representar sino una ínfima parte de la producida en su momento.
Si nos atenemos al principio de procedencia, hay razones para pensar que la documentación hoy conservada debería ser mayor en el pasado, pues el corregidor de San Clemente siempre asumió la función de juez mero ejecutor para la cobranza de rentas reales y, en numerosas ocasiones, la de superintendente general de rentas reales.
Además tenemos constancia que, a falta de una residencia fija, el corregidor celebraba sus audiencias en el edificio del ayuntamiento de San Clemente. No obstante, el principio de procedencia nos dará las pautas obligatorias para la clasificación del fondo documental, pero no las razones por las que nos ha llegado tan fragmentada ni su ordenación primitiva, heredada en el momento presente. Ese orden original primitivo de los documentos dependió siempre del escribano que los guardó en su oficio. En nuestro caso, son varios los escribanos que entendieron en los asuntos de rentas reales y conservaron su documentación. Desde 1606 a 1648, el escribano de rentas reales del Marquesado de Villena debió tener exclusividad en autos tocantes a rentas
reales, pero nunca ejerció personalmente su oficio, delegando en algunos de los escribanos de las villas del Marquesado de Villena, que a su vez subdelegaba en otros.
Parece que a partir de 1632 dicha delegación se hizo en escribanos de San Clemente (2), y en la medida que estos ejercieron la escribanía del ayuntamiento de esta villa junto a la de rentas, la documentación fiscal se ha conservado. No obstante, el estado en que encontramos los fondos del Archivo Municipal de San Clemente nos hace pensar que estos escribanos no reflejaron la diferenciación de funciones concejiles y fiscales en una clara separación de los fondos del ayuntamiento y de la administración de rentas. Además, la existencia de escribanos de rentas reales locales, como el de Villanueva de la Jara, conducía a aumenta la fragmentación de un ya disperso fondo documental.
Desde 1648, cada superintendencia tenía facultad para nombrar un escribano propio ante quien pasaran los autos de su comisión con inhibición del resto de escribanos de rentas reales. No obstante la realidad distaba de corresponderse con este hecho y, aunque parece que la mayor parte de la documentación estaba en posesión de los escribanos de la comisión de los superintendentes (3). El escribano de rentas reales, los escribanos de rentas reales locales e incluso los escribanos del número y concejo de las villas entendieron en la redacción de los autos tocantes a rentas. Así, hoy en día, la diseminación de los fondos documentales generados por la superintendencia es absoluta, cuando no se ha producido el hecho lamentable de su desaparición. Esta desaparición es especialmente señalada en los papeles y libros guardados por los escribanos de la comisión de los superintendentes, que obligatoriamente entregaban a sus sucesores. Cuando a partir de 1660 los escribanos del ayuntamiento de San Clemente dejaron de ser nombrados para dichas comisiones y entregaron sus papeles a sus sucesores, la documentación fue transferida definitivamente del AMSC, quedándonos hoy los papeles sueltos que el escribano Juan Sevillano tenía mezclados con los fondos municipales del periodo 1650-1660 y no integrados en los fondos documentales de la Superintendencia de rentas.
El conocimiento de las escribanías nos da una parte de las razones de la desaparición de los papeles y libros. Otra parte es consecuencia dela nefasta acción de los hombres y, sobre todo, de la actitud de desprecio de los gestores municipales hacia sus archivos. En el caso de San Clemente, la venta de 1000 Kg. de su archivo en el año 1938 mermó los fondos documentales custodiados, entre los cuales no debieron faltar parte de los papeles de la Superintendencia de rentas reales del Marquesado de Villena (4).
A pesar de todo, la documentación superviviente tiene, en términos archivísticos, un valor secundario de gran importancia, especialmente de carácter testimonial, por ser fuente de conocimiento de unas instituciones prácticamente desconocidas: las Superintendencias de rentas reales y, en general de la organización de la Hacienda del seiscientos.
(1) Este trabajo es parte de un apéndice a otro publicado en 1996. ROSA FERRER, I. de la: “La superintendencia general de rentas reales del Marquesado de Villena”. La investigación y las fuentes documentales de los archivos. Anabad, Castilla-La Mancha. 1996. pp 685-709
(2)No siempre fue así. En ocasiones, como en le periodo 1635-1637, la tenencia de la escribanía de rentas reales recayó en el escribano de Iniesta Pedro de las Casas
(3) Así lo atestiguan los entregos de documentación de los escribanos de la Superintendencia a sus sucesores, cuyos inventarios insertos nos relacionan toda la documentación transferida. Véase AMSC. CORREGIMIENTO. Leg. 106/64-70
(4) También se da cuenta por la presidencia de una comunicación para que todo el papel antiguo sobrante en el archivo municipal sea entregado al representante de la fábrica Layana en Valencia, incautada por el Estado, y ordenado por el Excelentísimo Señor Gobernador de la Provincia, el consejo municipal por unanimidad acuerda: sea entregado todo el papel inservible existente en el archivo y previo pago de 300 ptas. los mil kilogramos” (AMSC. FONDOS MODERNOS.. Acta municipal de 12 de agosto de 1938)
Excelente tu tabajo
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