El corregimiento de las diecisiete villas (fotografía: Jesús Pinedo)


Imagen del poder municipal

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EL CORREGIMIENTO DE LAS DIECISIETE VILLAS EN LA EDAD MODERNA (foto: Jesús Pinedo)

viernes, 26 de febrero de 2016

Don Juan López Cantero: comisario de la Inquisición de Iniesta (I)

El licenciado Juan López Cantero, comisario del Santo Oficio en la villa de Iniesta, no parecía tener mucho apego a su profesión religiosa; a pesar de haberse ordenado sacerdote 28 años antes, no hacía uso de su misión pastoral más allá de la rutinaria misa anual del jueves santo. El resto del año vivía muy profanamente y bastante alejado de la rectitud moral que exigía su oficio. Ya desde su misma ordenación vivía amancebado con una mujer casada, situación que se prolongó durante 16 años hasta la muerte de la mujer. El engañado viudo tuvo que soportar una nueva humillación cuando el cura se llevó a su casa a las hijas del matrimonio. Su desenfreno y lujuria le arrastró a compartir esta mujer con otras dos: una joven, de cuyo novio, cual si fuese despechado rey David con Urías, dio cuenta, enviándolo a la guerra de Cataluña, del que falsamente se decía que había muerto, quizás para ocultar su deshonra. Su hartazgo, una vez satisfechos sus apetitos, y hacerse con los dos hijos habidos de la relación, le había llevado a meter a la pobre mujer de monja en un convento. Pronto buscaría la sustituta en una mesonera del pueblo.

Este desenfreno en su vida personal tenía su parangón en el dominio de la vida del pueblo. Su riqueza era desmesurada, tenía una hacienda valorada en 80.000 ducados; su fortuna le garantizaba una posición de preponderancia, denunciada por uno de sus acusadores, siendo propietario de cuatro regidurías perpetuas, con que tiene tiranizada la República y está hecho dueño absoluto de la tierra.

El memorial que incluía las acusaciones invitaba a que se tomara declaración a vecinos principales del pueblo. Las declaraciones se sucedieron, desde el día dos, a comienzos de marzo de 1651, a cargo del licenciado Alonso Sánchez de la Fuente, comisario del Santo Oficio y del notario Juan de Montesinos. No todos se atrevieron a declarar contra López Cantero. El regidor Pedro Sánchez Salvador obvió los temas más espinosos. Diego de Cubas era primo suyo y evitó cualquier declaración acusatoria. Pero otros fueron más atrevidos. Asensio López Villanueva cargó contra el comisario, ratificando cada una de las acusaciones, escaso celo sacerdotal y vida mujeriega, e incorporando otras nuevas:

y que abiendo muerto la mujer casada de quién decía se llebó a su casa el dicho don Juan Cantero dos ijas que dejó la dicha difunta y después de algunos años murió la una en casa del dicho don Juan Cantero y la otra después de algunos días  de la muerte de la dicha se la bolbió al dicho su padre y ésta a estado con el dicho su padre y un ermano clérigo que tiene asta agora que abrá un mes poco más o menos que el dicho don Juan Cantero se la bolbió a llebar a su casa donde está de presente=
y en quanto a que tubiese amistad el dicho don Juan Cantero con otras dos mujeres con casa aparte antes que muriese la mujer casada arriba referida= dixo este declarante no lo sabe
Al tercero capítulo dixo este declarante que lo que sabe que es público y notorio que el dicho don Juan López Cantero que abrá ocho años poco más o menos tubo amistad con Isabel Martínez mujer soltera y se decía ser natural de la villa de Moya con la qual ubo nota y escándalo de que trataba torpemente con ella y que la tenía casa aparte en la qual en la qual la trataba y comunicaba con mucha murmuración y le parece este testigo que abrá siete años poco más o menos que la envió a Granada donde murió y ansimismo save que después de aber inbiado la dicha mujer a Granada tubo amistad el dicho don Juan Cantero con otra mujer soltera natural de esta villa que se llama Quiteria Errero  en la qual tubo dos ijos que tendrán la niña cuatro o cinco años y el niño tres o quatro años poco más o menos los quales tiene en su casa el dicho don Juan Cantero criándolos y alimentándolos y sabe abrá dos años que metió monja a la dicha Quiteria Errero en un convento de Albacete y en quanto a la amistad que se dice tener en  un mesón este declarante dixo no saber nada

La declaración más esperada era la del doctor Alonso Suárez, consultor del Santo Oficio y vicario perpetuo de la villa. Sin duda por la autoridad moral e institucional de su testimonio. No lo haría hasta el día siguiente, tres de marzo, después de ser requerido con insistencia. Centró sus acusaciones en la displicencia en el ejercicio de sus obligaciones religiosas por Juan López Cantero y obviando manifestarse sobre otras relaciones, sí que lo hizo en la relación mantenida por el acusado con Quiteria Herrera

una mujer vezina desta villa se salió de casa de sus padres y bino ante el dicho bicario pidiendo por marido a un ijo de vezino de dicha villa y el dicho vicario la puso en depósito en casa de Benito de Peñarrubia Texero y después supo y fue público que a la persona que pidió a esta mujer la echaron a la guerra y se dixo públicamente que lo iço el dicho don Juan Cantero con mano poderosa sólo a título de que no se casase con la dicha mujer con quien el dicho don Juan Cantero estuvo amancebado con mucha nota y escándalo

Juan de Valverde Núñez, Alonso Martínez del Peral, a la sazón alcalde ordinario, y el licenciado Miguel Mateo ratificarían las acusaciones. El último nos aporta la noticia curiosa que unos años antes se había quemado la iglesia parroquial. Del mismo sentido fueron los testimonios de otros principales de la villa como Benito Pajarón, Juan de Valverde Marzo y Juan Ibáñez, pero sólo el último se atrevió a denunciar, a diferencia de los testigos anteriores que no pasaban de la insinuación, el poder despótico que don Juan López Cantero ejercía en la villa

que el dicho don Juan Cantero es hombre rico y muy poderoso y que a todos los tiene supeditados y debajo de su voluntad y que en esta villa no se ace más de lo que el quiere por ser tan poderoso y que tiene quatro o cinco rregimientos con los quales y otros que tiene de su bando ace lo que quiere en el ayuntamiento nombrado por alcaldes y otros oficios a quellos de quien él tiene gusto que lo sean

Así tras las acusaciones morales aparecía ahora un trasfondo de rivalidad política y lucha banderiza. Pero el pesquisidor no consiguió una acusación concreta contra la actuación política de Juan Cantero. Es más cuando intento extender sus averiguaciones visitando las casas de cuarenta vecinos del pueblo, no obtuvo más que murmuraciones, pero ni un testimonio escrito. El temor que despertaba don Juan Cantero sólo tenía parangón con su poder. El pesquisidor licenciado Alonso Sánchez de la Fuente no dudaría en zanjar sus averiguaciones en Iniesta y remitir los autos al Tribunal de la Inquisición de Cuenca. Hasta esta ciudad, y viendo que el proceso se escapaba de su control en la villa de Iniesta, se fue don Juan López Cantero para defender su inocencia y presentarse como víctima de un complot urdido por los principales de su pueblo y algunos comisarios de la Inquisición. Pero la necesidad obligaba.


                                                            (continuará)

AHN. INQUISICIÓN. 1927, Exp. 10. Proceso criminal contra Juan López Cantero, comisario del Santo Oficio de Iniesta por vida escandalosa y amancebamiento. 1651-1657

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